Infidelidades y talento
Venimos de una época llena de buenas intenciones en la que el mundo empresarial ha constatado que la digitalización es una realidad que ha llegado para quedarse. El papel de las grandes compañías de lo digital –Amazon, Apple, Facebook y Google– se ha visto reforzado tanto a nivel social como económico. Año tras año, estas empresas generan una capitalización de mercado superior al producto interior bruto de países como España o Canadá y no dejan de aumentar su plantilla. Todas ellas daban trabajo ya en el 2015 a 310.382 personas, o lo que es lo mismo, a cerca de la totalidad de la población de Girona, Lleida y Tarragona.
Pero ¿qué nos depara el 2017? Este año será intenso a nivel empresarial y veremos como la digitalización condicionará la estrategia y la cuenta de resultados de las organizaciones. No sólo eso, ya que para ello las empresas tradicionales se enfrentarán al reto de ser lo suficientemente atractivas como para retener a los mejores profesionales. Supongamos que usted es el responsable de marketing de una multinacional del sector del consumo. Le gusta el proyecto, tiene beneficios sociales notables y a fin de mes tiene una nómina de las que le sitúa en la franja alta. ¿Cambiaría de trabajo? Hace unos años, posiblemente dependería de factores cuantificables como el horario, el sueldo o si implicaba algún tipo de movilidad. Hoy tenemos que añadir el factor emocional: liderazgo, capacidad de innovar, decidir..., en definitiva, la capacidad de ser relevante a nivel profesional y asumir nuevos retos para no quedarse atrás.
Este mix racional y emocional es una de las principales bazas con las que juegan las organizaciones digitales. Estas compañías tienen ese punto que las acerca al futuro y da valor a la persona y al profesional, lo que condiciona directamente los flujos de intercambio de talento entre empresas. Así, en el 2015, cerca de 1.500 trabajadores de empresas tradicionales como P&G, Unilever, L’Oréal o Estée Lauder saltaron a las cuatro grandes digitales, tal como cuenta Scott Galloway, profesor de marketing en NYU Stern School of Business.
El mundo digital ofrece retos, una motivación extra y ese toque que marca la diferencia, por lo que cada vez más profesionales apuestan por moverse a las digitales. Según Galloway, estamos ante una fuga de talentos interesada. Esta transición no trata sólo de motivación, sino también de innovar y aprender de los mejores en este nuevo mundo. Mientras Facebook o Google necesitan entre seis y ocho empleados para crear beneficios de 10 millones de dólares, otras empresas como WPP, gran grupo del sector publicitario más tradicional, necesitan setenta. Nos espera un periodo intenso de adaptación en que las empresas deberán lidiar con este desarraigo y canalizarlo, transformarse y encontrar o formar al mejor talento para el desarrollo de cada proyecto. Estamos en pleno proceso de cambio, veremos quiénes están a la altura.
El mundo empresarial tradicional asiste a una fuga de talentos interesada hacia el mundo digital