Isco ha dicho basta
Isco no quiere renovar y hará balance sobre si sigue o no al acabar la temporada
El mediapunta del Real Madrid está cansado de calentar el banquillo blanco y tiene en mente no renovar su actual contrato, que concluye en el verano del 2018, para buscar un nuevo equipo, por lo que Florentino Pérez se está planteando traspasarlo este verano para evitar que fiche gratis por el Barça dentro de un año y medio.
El Madrid podría tener un problema con Isco, un jugador que no acaba de ganarse la condición de titular indiscutible con Zinédine Zidane. El malagueño acaba contrato en junio del 2018 y el club le ha propuesto ampliar el contrato, pero el futbolista da largas y espera a que termine la temporada para hacer balance y sopesar si le conviene seguir. En esas circunstancias, el Madrid prefiere hacer caja y venderlo en verano (tiene ofertas por él de la Premier y del calcio) porque Florentino Pérez teme que el jugador opte por seguir en el Madrid el último año de contrato que le queda e irse libre adonde elija la temporada 2018-19. El temor del presidente no es otro que el centrocampista acabe en el Barcelona, el equipo del que Isco era seguidor cuando niño.
A sus 24 años, titular indiscutible para Lopetegui en la selección, Isco cree merecer muchos más minutos de los que le da Zidane, y sobre todo quiere jugar en los partidos más importantes. Es consciente que en el equipo de gala le penaliza el que se tenga que jugar por decreto con un 4-3-3 que le deja fuera. Arriba tiene plaza fija la BBC formada por Bale, Benzema y Cristiano, y en el centro del campo los intocables son Kroos, Casemiro y Modric. Para Isco y James quedan las migajas y para Kovacic o Marco Asensio, las migajas de las migajas.
La importancia de Isco en el equipo ha ido decreciendo con el paso de los años desde que llegó al Madrid en el verano del 2013, contratado “como un jugador diferente”, en expresión de Florentino Pérez. En su primera temporada jugó como titular 35 partidos; en la segunda, 42; en la tercera, 30; en la actual lleva 16, de ellos sólo uno en Champions, ante el Sporting de Lisboa. Su mejor partido fue en el Calderón, cuando jugó de enganche por detrás del delantero centro. Luego, ha ido jugando en diferentes posiciones: en una banda, en paralelo al otro mediocentro, e incluso junto a Lucas Vázquez y Cristiano en un 4-2-3-1.
El estado anímico de Isco fluctua según sus entradas y salidas del equipo. En Vila-real su entrada en la segunda parte sirvió de reactivo y su contribución a la victoria fue reconocida unánimemente por todos, el primero Zidane. Sin embargo, antes del comienzo del partido las cámaras de TV captaron una escena reveladora. Un espectador le dice algo a Isco en el banquillo y este mira para arriba y le dice: “Yo soy segundo plato”. Y en ese momento interviene
LA OPINIÓN DEL CLUB Florentino Pérez prefiere venderlo este verano ante el temor de que acabe en el Barça gratis
Morata, para soltar entre risas: “Y yo soy el postre”.
Preguntado ayer Zidane al respecto en rueda de prensa, el entrenador quitó hierro al asunto en una comparecencia en la que se le vio incómodo, sin la naturalidad de otras veces: “Fue una broma. Viste cómo entraron al campo. Eso es lo que me interesa. El resto me da igual”.
Más adelante, Zidane tuvo que explicar cómo convence a Isco y a otros jugadores con pocos minutos de la importancia de su contribución: “Somos 24 en la plantilla y tengo que elegir. Esa es la dificultad de mi trabajo. Sabéis lo que pienso de Isco y Morata. Hicieron su trabajo. Yo creo que ganamos todos juntos. Luego, algunos marcan la diferencia. Si a un jugador le pones catorce partidos y luego le quitas uno, está jodido. Y eso es bueno para él y también para mí. No puedo contentar a todos. Yo quiero demostrar a mi equipo que todos son importantes”. Y prosiguió: “Yo le digo a mi jugador cuándo juega y cuándo no. Tengo una idea: somos un equipazo y vamos a necesitar a todos. Quiero ser claro con ellos”.
Hoy Isco jugará porque Casemiro se ha quedado fuera de la lista por descanso. Habrá que ver qué pasa en Nápoles en el partido de vuelta de la Champions, pero una cosa es segura: Isco se está hartando de ser segundo plato.