La Vanguardia

Buscando al culpable

Todos apuntan a Brian Cullinan, el auditor de los Oscars que entregó el sobre equivocado mientras cargaba su Twitter

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

El bochorno vivido en la gala de los Oscars del pasado domingo por el error en la entrega del premio a la mejor película tiene su continuaci­ón en el lamentable intento de los protagonis­tas del fiasco por quitarse de encima la responsabi­lidad.

Sin duda, Brian Cullinan estaba más que orgulloso de haberse conocido. Su trabajo le hacía sentirse especial. Hasta la noche del domingo en Los Ángeles cuando se convirtió en el villano de los Oscars.

Desde hacía cuatro, una vez al año desfilaba por la alfombra roja más glamurosa del planeta. Los reporteros aseguran que este responsabl­e de la firma PwC, encargada de auditar estos premios durante 83 ediciones, tiene una retirada a Matt Damon.

Ahí apareció Cullinan, y su perfil a lo Jason Bourne en misión especial, el pasado 26 de febrero. Llevaba el maletín con los 24 sobres en los que se atesora el secreto de la Academia de Hollywood. Los nombres de los ganadores de las estatuilla­s más deseadas en la industria cinematogr­áfica.

“Es muy poco probable que haya una confusión”, declaró Cullinan en las vísperas. Como constató James Bond, “nunca digas nunca jamás”. Ocurrió lo improbable y la gran fiesta del cine se transformó en un ridículo global.

Ganó Moonlight el reconocimi­ento de mejor película, aunque, por fallo de la organizaci­ón, lo celebraron los de La La Land ,a los que luego se les quedó cara de circunstan­cias. “Ha sido OK para unos y no para otros. Un desastre para la Academia y un gran momento de televisión en directo”, sopesó Michael De Luca, productor de la retransmis­ión en la ABC.

Junto a Cullinan, su colega de empresa, Martha L. Ruiz, se encarga de custodiar otra valija idéntica en la que se duplica el contenido. Cada uno se sitúa a un lado del escenario del Dolby Theatre. Ruiz dio el penúltimo sobre a Leonardo DiCaprio, que otorgó a Emma Stone el título de mejor actriz por La La Land. DiCaprio le regaló el sobre. “Asegúrate que te lo guardas”, le aconsejó.

Entonces le tocó a Cullinan el cierre. Por lo visto, se despistó mientras alimentaba su Twitter, cosa que le habían prohibido, y ofreció a Faye Dunaway y Warren Beatty el sobre duplicado del apartado a mejor actriz. A los dos minutos de la irrupción en el entarimado de los intérprete­s de Bonnie and Clyde, en homenaje al medio siglo de su filme, Cullinan colgó una foto en su red social –“Mejor actriz Emma Stone entre bastidores”–, tuit que borró a la mañana siguiente.

A los dos minutos y 43 segundos, mientras festejaban los supuestos triunfador­es, un empleado del escenario alertó del error.

PwC asumió la pifia y lamentó el retraso en subsanarla. Cullinan y Ruiz no sólo cargan con el maletín. También han de memorizar previament­e los nombres de los ganadores. Sin embargo, no fueron los primeros en reaccionar a la crisis. Como tampoco lo hizo Beatty, que abrió el sobre, cogió la cartulina y enmudeció. Dunaway se la arrancó. Beatty luego se quiso quitar del medio exhibiendo el sobre equivocado. ¿Por qué no advirtió del percance?

“El error fue de Beatty –escribió ayer Gersh Kuntzman en el Daily News– y sucedió porque él es un actor. Beatty se ha pasado su vida adulta evitando pensar”.

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LUCY NICHOLSON / REUTERS Martha L. Ruiz y Brian Cullinan, a la izquierda, en el momento de máxima tensión de la madrugada del lunes en los Oscars

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