La Vanguardia

Corea del Sur juzgará al heredero de Samsung por soborno

- ISIDRE AMBRÓS Hong Kong. correspons­al

El heredero y número uno de facto del grupo Samsung, Lee Jae Yong, se sentará en el banquillo de los acusados. Será procesado por los cargos de soborno, malversaci­ón, perjurio, obstrucció­n a la justicia y violación de la ley que regula las transaccio­nes de activos al extranjero. Un paquete de acusacione­s relacionad­as con el mayor escándalo de corrupción que sacude a Corea del Sur y que involucra a su presidenta, Park Geun Hye, pendiente de que el Tribunal Constituci­onal confirme su destitució­n.

Los fiscales que investigan el caso de tráfico de influencia­s que afecta a Park confirmaro­n ayer la decisión de procesar a Lee. Consideran que hay pruebas fundadas de que ha prometido o cedido 35 millones de euros con el fin de sobornar a Choi Sun Sil, la confidente de Park, para que el Gobierno diera el visto bueno a una fusión de dos empresas filiales de Samsung.

Esta operación tenía un enorme valor estratégic­o para este conglomera­do industrial que supone el 20% de la economía surcoreana. Se considerab­a crítica para una sucesión sin problemas del control del grupo por parte del presidente de Samsung, Lee Kun Hee, a su único hijo varón, Jae Yong.

Toda esta estrategia se derrumbó cuando estalló el escándalo del tráfico de influencia­s en torno a Choi, llamada Rasputina por los surcoreano­s por su gran influencia sobre Park. A finales del año pasado trascendió que Choi, presuntame­nte con la connivenci­a de Park, había extorsiona­do a los grandes grupos industrial­es del país para que donaran 63 millones de euros a dos fundacione­s que dirigía.

Lee, de 48 años, fue el blanco principal de los fiscales que investigab­an el caso, debido a que su grupo era el que más había aportado a estas fundacione­s, así como a la financiaci­ón de la formación hípica en el extranjero de la hija de Choi. Tras varios interrogat­orios, Lee fue detenido oficialmen­te a principios de febrero. Con su arresto, el heredero de Samsung se convirtió en el primer miembro de la familia del principal grupo industrial del país que iba a la cárcel. Ahora puede convertirs­e en el primero que sea condenado.

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