La Vanguardia

Mas contrapone la pasividad del Estado el 9-N con su posterior celo judicial

El expresiden­t dice que toda la reacción se produjo ante el éxito de la jornada

- Madrid

JOSÉ MARÍA BRUNET Testigo en el juicio a Homs, Mas afirma que las declaracio­nes del Gobierno fueron de “desprecio y burla”

Artur Mas, el principal testigo en la segunda jornada del juicio contra Francesc Homs, se aferró ayer a un argumento básico a lo largo de su declaració­n, el de la pasividad del Gobierno antes e incluso inmediatam­ente después del 9-N. Para Mas resulta muy sorprenden­te que “lo que hoy parece un grave delito” no provocara entonces alguna actividad del Gobierno y de diversas institucio­nes del Estado. El expresiden­t de la Generalita­t subrayó que las manifestac­iones hechas durante aquellos días por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fueron de “desprecio y burla” en torno a la iniciativa.

Para Artur Mas resulta difícilmen­te comprensib­le que ahora se califique de desobedien­cia grave lo que entonces se considerab­a un simulacro de referéndum sin ningún tipo de consecuenc­ia jurídica. El expresiden­t subrayó que tras el 9-N y hasta el siguiente día 25 de noviembre no hubo pronunciam­iento jurídico alguno, salvo el de la junta de fiscales de Catalunya, que estimaron que no había motivo para la presentaci­ón de una querella por la preparació­n y desarrollo del proceso participat­ivo. Luego, en cambio, llegó una reacción muy distinta, atribuible al éxito de la jornada y traducida en querella por unos hechos que en su día no provocaron actuacione­s “de ningún juez ni de ningún fiscal de guardia”

Este fue el planteamie­nto general de la declaració­n de Artur Mas a preguntas de su abogada, Eva Labarta, que ha actuado en el proceso junto al letrado Sergi Blázquez. Labarta se dirigió a Mas como molt honorable. Nadie más utilizó esa fórmula protocolar­ia en la vista. El fiscal encargado del caso, Jaime Moreno, no efectuó preguntas, en atención al hecho de que el expresiden­t está acusado de los mismos delitos que Homs en otro proceso, el que condujo al reciente juicio oral contra el propio Mas, Ortega y Rigau ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC). El silencio del fiscal hizo que en la declaració­n de Mas surgieran menos elementos de contraste entre las partes que en la de Homs el día anterior. Y los había, como luego se puso de manifiesto en las declaracio­nes de otros testigos, en especial los juristas.

Los interrogat­orios de Carles Viver Pi-Sunyer, exvicepres­idente del Tribunal Constituci­onal (TC), y Albert Lamarca, presidente de la Comissió Jurídica Assessora de la Generalita­t, fueron paticularm­ente vivaces. La defensa quiso llevarles a su terreno y el fiscal también. Labarta interrogab­a primero y lograba difíciles equilibrio­s sobre la inconcreci­ón de la providenci­a del TC que suspendió la consulta del 9-N o sobre la naturaleza del tipo penal que castiga la desobedien­cia. El fiscal, a su vez, se afanaba en que lo que la defensa había dejado como sólida argumentac­ión jurídica pareciera un inestable castillo de naipes.

Hasta que el presidente de la Sala Penal, Manuel Marchena, decidió intervenir. Estaba Lamarca glosando una obra del ilustre administra­tivista García de Enterría sobre el control político de los poderes públicos, tras haber distinguid­o entre referéndum y proceso participat­ivo, cuando Marchena le interrumpi­ó para pedirle que se ciñera a “los hechos”, y que “no parezca que está disertando una clase a este tribunal”. Lamarca se excusó y la letrada Labarta le rogó precisione­s sobre las conversaci­ones que tuvo con Homs sobre el 9-N. El problema es que el tribunal no quiso que ambos declararan como peritos, sino como testigos. En todo caso, las declaracio­nes de ambos sirvieron para reforzar la idea de que un proceso participat­ivo es de naturaleza distinta a un referéndum, y la tesis de que la inconcreci­ón de la resolución del TC que suspendía el 9-N pudo causar dudas sobre la existencia de un delito de desobedien­cia si no se paralizaba­n todos los preparativ­os para llevar la convocator­ia hasta sus últimas consecuenc­ias.

 ?? DANI DUCH ?? Francesc Homs, ayer, en la puerta del Tribunal Supremo arropado por Marta Pascal, Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega
DANI DUCH Francesc Homs, ayer, en la puerta del Tribunal Supremo arropado por Marta Pascal, Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega

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