Montull señalará al extesorero de CDC en el cobro de comisiones del Palau
Convergència renuncia a llamar como testigos a exconsellers ante la confesión del exdirectivo Montull prevé explicar el presunto desvío de comisiones del Palau a Convergència. Implicará al extesorero del partido, Daniel
El inicio del juicio sobre el expolio del Palau de la Música se centró ayer en la anunciada confesión de Jordi Montull, número dos de Fèlix Millet en la institución. Para conseguir que se rebaje la petición de pena a su hija y no tenga que entrar en prisión, Osàcar, y en principio se quedará ahí y no dará más nombres sobre otros dirigentes de Convergència.
En el Palau de la Música, ayer, se escuchó la sonata Primavera ,de Beethoven, interpretada por la violinista Vivian Hegner. En la Ciutat de la Justícia, también ayer, se levantó el telón de un nuevo acto de la obra el expolio, firmada por Fèlix Millet y Jordi Montull, con el inicio del juicio por el saqueo de la institución cultural. Una pieza que ha cambiado radicalmente de ritmo, al trascender que Montull y su hija reconocerán que se desvió dinero a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC); una confesión que se detendrá en el extesorero del partido, Daniel Osàcar, compañero de banco de los acusados. De momento, esta aceleración ya ha provocado las primeras consecuencias: tanto Osàcar como CDC han renunciado a 36 testigos de su defensa, entre los que están antiguos consellers, como Felip Puig o Pere Macias, y cargos en activo como Jordi Turull.
La primera sesión del juicio en la Audiencia de Barcelona se dedicó a que las distintas partes presentaran sus cuestión previas; un trámite farragoso para los legos pero importante para los letrados, por si se admite alguno de sus razonamientos, e incluso pensando ya en un recurso de la sentencia. Quienes más se esforzaron en esta jornada fueron las defensas de Ferrovial y de antiguos subcontratados por el Palau, que se centraron en la atípica atribución de unos delitos y en la prescripción de otros. Ni los abogados de Millet ni los de los Montull pusieron encima de la mesa demasiados argumentos.
Sobre todo porque el meollo del asunto se verá el miércoles que viene, cuando comiencen a declarar los acusados. En este momento, el eje de este juicio gravita alrededor del posible acuerdo entre los Montull, padre e hija, con la Fiscalía, que consistiría en aceptar los hechos a cambio de una sustancial reducción de la condena, en especial para ella.
La escenificación sería la siguiente: Gemma Montull será llamada a declarar ante el tribunal, y reconocerá que el Palau de la Música sirvió como intermediario para el desvío de dinero de Ferrovial a CDC. Luego, su padre, que fue la mano derecha de Millet, confirmará su declaración. Por último, en sus conclusiones definitivas, al final de la vista, la petición de la Fiscalía Anticorrupción pasaría de 26 años a dos, más otro año por un delito fiscal sustituible por una multa. Es decir, una condena que no supone el ingreso en prisión de Gemma Montull.
La implicación de CDC se detendrá en el extesorero del partido y exadministrador de la fundación CatDem, Daniel Osàcar, cuyo nombre (Daniel) aparece en las agendas del Palau y que, de hecho, era el único interlocutor de Convergència con el que trataban los Montull. No es de esperar que se citen más nombres destacados de la antigua CDC que no aparecen en la causa.
Aún así, esta confesión no será insustancial: después del miércoles, este ya no será sólo el caso por el desfalco en el Palau de la Música, sino también el de la financiación de CDC. Basta para ello la acusación a Osàcar. Si hay reconocimiento de los pagos, el fiscal saltará el parapeto de Millet y Montull y llegará hasta la cocina del tema, las comisiones al partido a cambio de la concesión de obra pública. Curiosamente, una de las que figuran en la causa es la Ciutat de la Justícia, donde se desarrollan las sesiones del juicio, y por la que cobraron, siempre según la Fiscalía, tanto Millet y Montull (un 1,5% entre los dos) como Convergència (un 2,5%). En cualquier caso, sería la primera vez que la financiación ilegal toma cuerpo en los tribunales, la primera vez que alguien reconoce que ha pagado a CDC desde que en el 2005 Pasqual Maragall pronunció la famosa frase en el Parlament de Catalunya: “Ustedes tienen un problema, y este problema se llama 3%”.
Las primeras consecuencias jurídicas ya se han dejado ver: Osàcar y CDC han renunciado a 36 testigos de su defensa, entre los que están los exconsellers de Obres Públiques Pere Macias, Felip Puig y Joaquim Nadal; y también otros políticos relevantes como Jordi Turull o Joan Ignasi Puigdollers. Un desestimiento de una línea de defensa y puede que también para evitar problemas, porque con una confesión bajo el brazo, el interrogatorio del fiscal a los testigos, obligados a contestar, no sería el mismo y tendrían que asumir, incluso, riesgos procesales. De todas formas, en la lista de testimonios que aún deben comparecer hay nombres como Àngel Colom o Andreu Viloca, que sucedió a Osàcar en el partido y en la fundación y acusado en el caso del 3% en El Vendrell, donde se le señala como el intermediario entre administración y empresarios para el pago de comisiones. Tampoco es posible desestimar que algún otro imputado siga el camino de los Montull, una vez se ha abierto esta senda. En cuanto a las repercusiones políticas, seguro que se producirán a partir del miércoles: habrá que esperar a ver su alcance incluso en el Govern de la Generalitat.
Mientras ayer en el Palau se podía oír la sonata Primavera ,enla Ciutat de la Justícia comenzó a entonarse la canción del expolio, a cargo de Jordi y Gemma Montull. Es la música del banquillo de los acusados. Beethoven también compuso la Heroica, pero de esta no habla nadie.
LAS CONSECUENCIAS DEL JUICIO La confesión de Jordi y Gemma Montull tendrá repercusiones jurídicas y políticas EL CAMBIO DEL PROCESO El juicio del caso Palau se convierte en el de la financiación irregular de CDC