Gracias a todos
Una vez alcanzada en mi profesión militar la situación de reserva, después de una intensa etapa en Barcelona de tres años y medio –como Inspector General del Ejército–, quiero trasladar a todas las personas con las que he convivido este periodo una serie de consideraciones que deseo compartir.
En primer lugar, agradezco a todos los hombres y mujeres de mi querida institución el apoyo y lealtad recibida a lo largo de mi carrera y que me ha permitido alcanzar el empleo de teniente general y desempeñar los puestos de más alta responsabilidad en la profesión.
Mi paso por Catalunya ha sido enormemente ilustrativo profesionalmente, pero sobre todo personalmente donde he tenido ocasión de conocer una sociedad dinámica, innovadora que constituye una fuente de progreso y renovación.
Creo que esta sociedad puede y debe servir de catalizador a la política para solucionar problemas de encaje o diferencias de criterio que no deben desfigurar una excelente convivencia de seis siglos en la que se han alcanzado y disfrutado de mutuos beneficios que hoy no se pueden olvidar.
Las fuerzas armadas (FAS), en estos momentos, son en la sociedad española un elemento de cohesión al servicio de toda ella, sin distinción ni discriminación a ningún ciudadano.
La máxima de Evelyn Beatrice Hall atribuida a Voltaire “No estoy de acuerdo con lo que dice, pero entregaré hasta la vida para que pueda seguir diciéndolo” compendia el espíritu de servicio de nuestra institución en favor de la libertad, la justicia y la defensa de los más desfavorecidos, sirviendo como ejemplo de ello las diferentes misiones internacionales que llevamos a cabo a lo largo de toda la geografía mundial.
Empeñarse en desvirtuar la realidad de nuestras fuerzas armadas en la actualidad, invocando supuestas culturas de antiviolencia, el tratar de aislar a dichas FAS o bien recluirlas al margen de la sociedad no favorece su integración ni acercamiento a los ciudadanos, sino que intenta promover su distanciamiento e incomunicación.
No quiero concluir sin insistir en los pilares con los que he tratado de caracterizar mi mandato como Inspector General, como han sido la comunicación y el diálogo, el trabajo serio y responsable de nuestra institución, el continuo y proactivo acercamiento del ejército a la sociedad civil, la difusión de la cultura de defensa entre la ciudadanía, mediante la participación de las FAS en los salones de la infancia o de la enseñanza, o bien mediante el fomento del conocimiento del patrimonio artístico y cultural del ejército en Catalunya instando la apertura –en el futuro– de una sala histórica o museo militar que refleje la historia de forma objetiva, superando agravios del pasado o revanchismos.
Mi paso por Catalunya y Barcelona me ha enriquecido, dejando en mí una huella imborrable, sin duda guardaré siempre un gran recuerdo de todos los amigos que he conocido aquí y que me han ayudado a desempeñar mejor mi trabajo. La distancia no pondrá tierra por medio a que siga cultivando y disfrutando de dicha amistad.
Gracias a todos.
“He tratado de difundir la cultura de defensa mediante la participación de las FAS en los salones de la infancia o enseñanza”