Cs rompe con el PP en Murcia y se acerca al PSOE
Los populares mantienen al presidente imputado
Ciudadanos no se resigna a asumir el papel de cómoda muleta del PP que desea para ellos Mariano Rajoy. Después de dos semanas de advertencias públicas y privadas sobre las consecuencias de mantener al frente del Gobierno de Murcia a Pedro Antonio Sánchez, imputado por presunta corrupción inmobiliaria, ayer los liberales rompieron el pacto de investidura y abrieron las puertas a que prospere una moción de censura liderada por el PSOE.
“La cúpula del PP prefiere proteger a su imputado, atornillarlo en el escaño y romper el pacto de investidura antes que poner a un nuevo presidente del PP en Murcia: No tienen remedio”, declaró Albert Rivera poco después de que el portavoz de Cs en Murcia, Miguel Sánchez, anunciara que rompía relaciones con los populares tras su infructuosa reunión con Pedro Antonio Sánchez.
“No se puede ni ir a la vuelta de la esquina con ellos”, dijo Rivera en un acto de partido en Zaragoza, en el que utilizó la crisis abierta en Murcia para subrayar que “acertamos” al negarse a formar parte de los gobiernos del PP.
Un golpe sobre la mesa de los liberales que no se limita a dicha comunidad. Después de varios y recientes reveses en el Congreso, como la negativa del PP a impulsar una comisión sobre la financiación ilegal, Rivera ha decidido abrir una ronda de contactos con PSOE y Podemos la próxima semana. El fin es el de explorar posibles acuerdos que permitan sacar adelante aquellas medidas de regeneración democrática, como la limitación de mandatos y la supresión de los aforamientos de los cargos públicos, que forman parte de su pacto con el PP y que estos mantienen congeladas desde el inicio de legislatura.
Una advertencia que ni en los despachos de Génova 13 ni en la Moncloa parecen haberse tomado demasiado en serio. Entre otras cosas porque Cs necesitaría además del PSOE la colaboración de Podemos, partido con el que mantiene una pésima relación.
La primera respuesta ayer del PP fue la de ignorar a Rivera y ratificar su confianza en el presidente imputado, al menos hasta que se abra el juicio oral y se empiecen a “aclarar” sus responsabilidades.
“Lo de Cs es pura escenificación, ¿van a dar el Gobierno de Murcia a PSOE y Podemos? Que lo intenten”, apuntan con cierta ironía fuentes de la dirección del PP. Si bien no descartan que Rajoy, como ha hecho en anteriores crisis con Cs, acabe telefoneando a Rivera para “calmar las aguas”.
En el mapa de navegación que había diseñado la dirección de Cs para la presente legislatura, la geomas metría variable, bascular con acuerdos puntuales a derecha (PP) e izquierda (PSOE) aprovechando la debilidad parlamentaria del Gobierno, tenía un papel destacado como estrategia para conservar un perfil propio. No obstante, la crisis interna del PSOE y el vacío de poder en el grupo parlamentario cortocircuitaron las conexiones de los liberales con los socialistas, frustrando los planes de Rivera. Ahora confía en retomar esa vía.
“Vamos a articular una mayoría para ponerlas en marcha. Si se suma el PP, bien; si no, también”, declaró Rivera, quien en sus reuniones con PSOE y Podemos abordará la limitación de los mandatos del presidente del Gobierno, la supresión de los aforamientos políticos y de la comisión de investigación sobre la presunta financiación irregular del PP.
“Si el PP se mantiene en sus trece, se hará lo necesario”, advierten fuentes de la dirección naranja, que recuerdan como en meses recientes han llegado a acuerdos con los socialistas para aprobar los presupuestos de Cantabria, o en Granada, tras la imputación del alcalde del PP, para aprobar una moción de censura e investir como alcalde al regidor del PSOE Francisco Cuenca.
Antecedentes de colaboración que los socialistas, empero, ponen en cuarentena –“si tienen proble-
con el PP, que los solucionen ellos solos”– y rebajan las expectativas de futuros acuerdos al entender que Rivera sigue deseando que el PP mueva ficha. “Hay contactos con Cs como el resto de grupos todas las semanas para tratar temas parlamentarios”, se limitaron a subrayar desde la dirección socialista.
Podemos por ahora guarda silencio sobre las intenciones del partido naranja.
Tal vez consciente de esa desconfianza socialista, Rivera cerró la jornada de ayer dedicando duras palabras al presidente del Gobierno: “Cuando tocamos la corrupción se ve al verdadero Rajoy y PP, quieren seguir aforados para en caso de corrupción no acudir al juez de primera instancia sino al Supremo, donde ellos han elegido a los jueces”.
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