El Madrid va a la deriva
Zidane no da con la tecla y el club se instala en el nerviosismo
No hay paciencia en la casa blanca para los malos resultados, como el empate del pasado miércoles ante el Las Palmas en el Bernabeu, que ha desatado un auténtico vendaval en el Real Madrid que amenaza con llevarse por delante al entrenador y al portero titular entre críticas por la falta de implicación de unos jugadores y los errores infantiles de otros.
El Madrid ha entrado en una deriva peligrosa que amenaza sus objetivos de la temporada. La marcha triunfal del equipo se ha venido abajo con estrépito en los tres últimos partidos, culminada la mala racha el miércoles con la pérdida del liderato ante el Las Palmas, en principio el partido más asequible de los tres, pues el cuadro canario venía de cuatro derrotas consecutivas. Es como si el varapalo de Mestalla hubiese abierto la espita de los problemas para los blancos y Zidane no sabe por ahora cómo cerrarla.
El empate ante el Las Palmas abrió nuevos focos de tensión, el más inesperado las grietas en el vestuario. Al término del partido, Marcelo, el segundo capitán, criticó a sus compañeros: “No sé cómo hemos podido sacar el empate. Estamos dejando sin hacer cosas que antes del partido decimos que vamos a hacer, pero que luego no hacemos. Y es algo que está pasando siempre”.
Marcelo ya venía caliente porque por tercera vez consecutiva le ordenaron que hiciera él las declaraciones terminado el partido, sobre el césped, lo que realizó de mala gana y rezongando: “Siempre me toca a mí explicar lo que pasa...”. La pulla de Marcelo se individualizó con Bale: “No soy yo el que tiene que darle un tirón de orejas. Eso se lo hago a mis hijos. Bale (que pidió perdón en el vestuario) tiene ya la edad suficiente para saber lo que tiene que hacer y lo que no”.
Declarado el estado de nervios en el club, el madridismo señala a los culpables. El veredicto más sorprendente del Bernabeu fue pitar por primera vez a su idolatrado Zidane con ocasión del cambio de Isco por Lucas Vázquez. El resto de los más silbados fueron los sospechosos habituales: Benzema y Keylor Navas. El portero costarricense se refugió en su lenguaje religioso: “Queda Liga y tengo toda la fe en Dios en que vamos a ganar títulos. Voy a trabajar para transformar los pitos en aplausos”.
Zinédine Zidane, que tardó más de media hora en comparecer, más que nunca, se defendió en la rueda de prensa culpando a sus jugadores, algo que ya hizo cuando en la primera vuelta el equipo encadenó cuatro empates: “Las cosas las podemos hacer mejor. En este momento no estamos contentos con lo que hacemos. Son ya tres o cuatro partidos que las cosas no nos salen como queremos. El fallo otra vez es nuestro inicio, pero no podemos volvernos locos porque también hicimos cosas buenas este año. Vamos a cambiar esto todos juntos, seguro, pero hay que pensar en positivo y cambiar el chip”, añadió el francés.
La zona noble del club encajó el traspiés sin buscar confusas conspiraciones exteriores, como sí hizo tras la polémica victoria en Vila-real, cuando presentó una queja formal ante la Liga por las retransmisiones televisivas tendenciosas que dice sufrir.
El Madrid parece estar calcando la crisis que padeció en el 2014 tras ganar el Mundial de Clubs de Marrakech. En los catorce partidos jugados en este 2017 suma ocho victorias, tres empates y tres derrotas. El mensaje oficial de la directiva es mantener la tranquilidad y no buscarse nuevos enemigos. Creen que el calendario juega a su favor. Que el Barcelona caerá en esta ronda de la Champions y que la Liga se decidirá en el Bernabeu, por donde han de pasar Barça, Atlético y Sevilla.
LOS REPROCHES Marcelo acusa a sus compañeros de no poner en práctica lo que antes de los partidos planifican hacer