El negocio ante todo
El EI no tuvo tiempo de destruir el resto de los monumentos
La mayor cementera del mundo, Lafarge Holcim, financió a grupos vinculados al Estado Islámico para proteger una de sus fábricas situada en territorio sirio, un comportamiento execrable que, además, contraviene las normas de la UE .
La segunda reconquista en un año de la ciudad histórica de Palmira culminó ayer tras una ofensiva que ha ocupado al ejército de Damasco, con el apoyo aéreo de Rusia y las milicias iraníes, varias semanas. Los militares sirios confirmaron en un comunicado que arrebataron esta emblemática plaza al Estado Islámico (EI), mientras en Moscú el Kremlin daba por concluida la toma de la ciudad. En su retirada, a los yihadistas no les dio tiempo para destruir el resto de los monumentos históricos de la ciudad.
El EI, que había perdido esta posición en marzo del 2016, retomó Palmira de forma inesperada en diciembre pasado. Igual que en otras ocasiones, su presencia en lugares con especial valor histórico ha supuesto irreparables pérdidas para el arte y la historia.
En enero, sus hombres destruyeron la fachada del anfiteatro y el tetrápilo, las ruinas de un edificio de cuatro entradas que data del siglo III, según reveló un vídeo grabado el mes pasado por un dron del Ministerio de Defensa de Rusia. Moscú advirtió entonces que el EI podría destruir completamente el patrimonio histórico de Palmira antes de abandonarla.
Como dijo ayer una fuente del ejército sirio a la agencia SANA, las últimas zonas conquistadas fueron el barrio de los hoteles, asediado desde el miércoles,
Los militares sirios se preparan para desminar el centro histórico de la ciudad romana
y el sur de la ciudad, al expulsar a las tropas del EI del hotel Dedeman. También el miércoles las tropas gubernamentales se hicieron con las zonas altas de la ciudad, lo que les dio ventaja en la batalla. Una de ellas es la colina donde se encuentra la torre de telecomunicaciones, según recoge Tass.
A pesar del anuncio, “en las zonas urbanas todavía hay francotiradores activos. Además, los yihadistas han dejado muchas trampas explosivas durante su retirada”, decía una fuente militar a SANA. “En sus filas hay gran número de muertos y heridos, y sus equipos militares están fuera de combate. El resto de sus fuerzas se ha retirado hacia el este”, añadió.
El Ejército ruso, que lleva prestando apoyo a Damasco en la guerra de Siria con bombardeos aéreos desde septiembre del 2015, mantenía ayer el seguimiento de los acontecimientos en Palmira al más alto nivel. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró que el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, informó personalmente al presidente del país, Vladímir Putin.
Palmira fue una de las ciudades más ricas del imperio romano y capital del efímero imperio de Palmira (siglo III). Junto a otros cinco lugares de Siria, tiene el reconocimiento de patrimonio de la humanidad por parte de la Unesco.
La ciudad cayó en manos del Estado Islámico el 21 de mayo del 2015. Los combatientes del EI destruyeron lugares emblemáticos incluidos en la lista de la Unesco, como el arco de triunfo, el templo de Baalshamin y el templo de Bel. También saquearon el museo nacional y su famosa necrópolis.
En marzo del 2016 el ejército sirio, con apoyo de la aviación rusa, logró expulsar al EI de Palmira. Pero en diciembre este lanzó una ofensiva y volvió a ocuparla.
El ejército sirio y las milicias iraníes comenzaron ayer a reforzar las posiciones defensivas alrededor de la ciudad antigua de Palmira y a preparar el desminado de la parte histórica de la ciudad, según informaba la agencia rusa Spútnik.
Tras una primera búsqueda, no se encontraron artefactos explosivos en el teatro, aunque sí se descubrieron cables en las ruinas y alrededor de varias columnas, lo que indicaría que el EI sí tenía planeado volar los últimos monumentos de la ciudad antes de huir.