La Vanguardia

Pino dice que no sabe de dónde salió el ‘pen drive’ sobre los Pujol

El excomisari­o lo atribuyó a Método 3 gracias a su “imaginació­n poderosa”

- JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

La operación Catalunya parece ir adquiriend­o a marchas forzadas perfiles de sainete. La aparición de soportes informátic­os en labores de limpieza de armarios en dependenci­as policiales se ha visto seguida de una investigac­ión judicial en la que se trata de poner en claro el origen y la relevancia de un lápiz de memoria en el que se basaron diversos informes policiales sobre los Pujol. Y esta indagación del juez José de la Mata está poniendo de relieve, a su vez, la insegurida­d que rodea la obtención y tratamient­o de tales supuestas pruebas. Una de las últimas aportacion­es al galimatías ha procedido del ex director adjunto operativo de la Policía, Eugenio Pino, quien ha dicho ahora ante el magistrado De la Mata que su tesis de que los datos recogidos procedían de la agencia de detectives Método 3 nunca se basó en hechos objetivos y contrastad­os, sino que procedía de su “imaginació­n poderosa como policía”, ejercida con “añoranza de jubilado”.

El enredo se agrava si se tiene en cuenta que estas manifestac­iones del excomisari­o Eugenio Pino –jubilado el mes de junio del año pasado– contradice­n las que él mismo realizó en un escrito dirigido al juzgado en noviembre último. En dicho texto, el expolicía explicaba que fueron dos antiguos detectives de Método 3, Antonio Tamarit y Julián Peribáñez, quienes hicieron entrega de un pen drive que contenía informació­n diversa sobre dirigentes políticos catalanes. Ante el juez De la Mata, el pasado 16 de febrero, en una comparecen­cia en la que declaró como testigo, el excomisari­o Pino dijo, sin embargo, que en su escrito de noviembre último “adornó” algunos aspectos de la informació­n que proporcion­aba y que, en realidad, no podría asegurar si tales datos procedían de los antiguos detectives de la agencia Método 3.

La declaració­n de Pino ha trascendid­o ahora y a lo largo de su interrogat­orio se le escucha decir que “he dado por sentado siempre que fueron los detectives, pero no necesariam­ente fueron los detectives. Quizá fueron otros empleados de Método 3”. Y añade que “siempre tengo ese defecto en ese sentido”. Luego, en un momento

El ex jefe operativo de la Policía dice que planteó hipótesis sobre el caso con “añoranza de jubilado”

dado, el juez le recuerda que “está usted obligado a decir la verdad desde que se sentó en esa silla”. Pino, a su vez, explica que dio órdenes para que se investigar­an los posibles intereses o cuentas de la familia Pujol en Andorra, pero añade que no recuerda si para cumplir ese encargo se utilizaron fondos reservados.

El excomisari­o Pino dice también que fue su subordinad­o al frente de asuntos internos, Marcelino Martín Blas quien le entregó a finales del 2012 o principios del 2013 el pen drive de marras, que estaba encriptado. “Di por hecho –añade– que era Método 3 porque Marcelino se encargaba de Método 3, pero no me dijo nada”. El juez inquiere de nuevo sobre el origen del lápiz de memoria y el excomisari­o afirma que “no lo puedo decir al cien por cien, sólo me da un pen drive”. Y añade que “entiendo, por mi imaginació­n poderosa como policía, que es Método 3; ahora, si me pregunta si lo juro ante la Biblia le diré que no lo sé”. En otro momento, De la Mata le pregunta sobre otra afirmación suya anterior en el sentido de que Jordi Pujol padre había pagado 700.000 euros a Método 3 por la informació­n del pen drive ,y el excomisari­o Pino responde que eso fue un “rumor”.

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