Crimen, magia y matriarcado
El mundo de Dolores Redondo llega al cine con ‘El guardián invisible’
Las mujeres son el centro de todo en El guardián invisible, primera parte de la exitosa trilogía literaria de Dolores Redondo, cuya versión cinematográfica llega hoy a las salas bajo dirección de Fernando González Molina e interpretación de Marta Etura y Elvira Mínguez en los papeles principales. Mujeres son las víctimas de los crímenes que allí se perpetran, como es mujer la inspectora que los investiga y mujeres son las protagonistas del entramado familiar, netamente matriarcal, cuyas turbulentas relaciones internas se entrecruzan con la trama de los asesinatos.
Al igual que en el libro, y como no podía ser de otro modo, la acción transcurre en la atmósfera propicia del lluvioso y espeso valle de Baztan, donde poco a poco la inspectora Amaia Salazar (Etura) abrirá claros que irán dejando al descubierto al monstruo o monstruos humanos que están tras la muerte de varias adolescentes. La joven y algo adusta investigadora revivirá al mismo tiempo los fantasmas de su propio pasado en el pueblo de Elizondo, donde nació y se ha visto obligada a volver, y despertará asimismo a los seres mágicos que habitan las riberas del Bidasoa y las almas de sus moradores.
Los hombres ocupan un plano siempre secundario en la escena del relato; un lugar a veces relevante pero entonces apenas visible, y a algo más explícito pero entonces de escala inferior al de la mujer. Es el caso del celoso inspector Morales (Francesc Orella) y del fiel escudero de la jefa que es su inseparable Jonan. En suma, y con la importante salvedad del asesino, los varones son “personajes vulnerables”, destaca Elvira Mínguez.
La actuación de Etura y Mínguez, ganadoras de sendos premios Goya (por Celda 211 en el 2009 la primera y por Tapas en el 2005 la segunda) resulta más que solvente. La “dualidad” de la inspectora Salazar en su búsqueda y su lucha contra la muerte y el pasado es lo que hace de su papel “un bombón”, dice su intérprete. “Amaia es una mujer fuerte que tiene que desenvolverse en el territorio hostil de un entorno laboral (la Policía Foral Navarra) dominado por hombres”, explica. Pero esa desventaja desaparece cuando ella vuelve a casa y se ve querida y arropada por su tía y su hermana pequeña. Con esa ayuda, y siempre desde la dualidad de su drama personal y el de los crímenes que indaga, emprende el “viaje” en que irá descubriendo las “heridas ocultas” del calvario de su infancia.
Flora, la hermana mayor de Amaia y su adversaria de toda la vida, según se aprecia desde el primer instante del reencuentro, es la antipática y la posible mala de la película. “Pero al mismo tiempo aspira a crear empatía” con el espectador “y ese es el reto” del papel, señala Elvira Mínguez.
La actriz vallisoletana –de memorables trabajos de reparto desde
Días contados, de 1994– subraya un aspecto tan interesante como atípiveces
co del argumento de El guardián..., y es el desamor materno, por decirlo de manera suave, del que es víctima Amaia. “A mí me cansa un poco ver cómo en la ficción casi siempre se da por supuesto que los padres quieren a sus hijos. Y no es cierto; a algunos niños su padre o su madre (como es el caso) quieren matarlos”, exclama.
En relación con el libro de Redondo, ganadora del Planeta del año pasado por Todo esto te daré ,la película presenta una diferencia destacada: los monólogos narrativos con los que, en la novela, Amaia va explicando el contexto y los antecedentes de su acción, son aquí reemplazados por “la mirada” de la inspectora: otro desafío nada menor. Por lo demás, el navarro Fer-
nando González Molina apunta a las referencias mágicas del guion, sustanciadas en el tarot de la tía Engrasi y en el mítico protector de los bosques del valle, el basajaun, como “lo más arriesgado” del filme.
Con un presupuesto de cinco millones, el prestigio de González Molina tras sus éxitos en Palmeras
en la nieve y Tres metros sobre el cielo, la trayectoria de las actrices principales y por supuesto el tirón de la novela de Dolores Redondo son las grandes bazas con que los productores de El guardián invisible –Atresmedia Cine y Nostromo Pictures– confían en convertir la obra en uno de los hitos cinematográficos del año: si todo va bien: el primero de tres, como en la trilogía literaria.