Los estibadores suspenden los paros e instan al Gobierno a negociar
La patronal pide ayudas públicas para poder mantener el empleo
Las navieras toman medidas en previsión de cierre en los puertos: Maersk anuncia desvíos
Los sindicatos de la estiba anunciaron ayer que “no ejercerán su derecho a la huelga” los próximos 6 y 8 de marzo, las dos primeras jornadas de paros, de un total de nueve repartidas en tres semanas que convocaron contra la reforma del sector promovida por el Gobierno. Los representantes de los trabajadores urgieron al Ministerio de Fomento a abrir una nueva negociación sobre las modificaciones en la contratación, ya que los grupos parlamentarios no parecen dispuestos a convalidar el decreto aprobado hace una semana. Ante esta situación, añadieron, la mesa laboral con la patronal no tiene sentido. De todos modos, aseguraron que hasta ahora este diálogo con los empresarios no ha dado los frutos esperados.
“La normativa que propone el Gobierno desvanece cualquier posibilidad de acuerdo con las empresas, pues ofrece a los grupos financieros y especuladores internacionales, máximos accionistas y propietarios de las terminales, la oportunidad de deshacerse de sus trabajadores a cuenta del erario público, de precarizar el empleo y sus condiciones de trabajo”, manifestaron los sindicatos en un comunicado. Llegados a este punto, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de Mar, UGT, CC.OO., CIG y CGT mostraron su “disposición al diálogo” que esperan “sea correspondida por el ministerio y la patronal Anesco”.
Antes de que los sindicatos hiciesen pública la decisión de dejar los dos primeros días de huelga en el aire, Anesco les volvió a pedir la desconvocatoria y el cese de las “acciones de presión” que aseguran se están dando en los puertos con “ritmos lentos de trabajo”. La huelga, recordó la patronal supondría “cuantiosas pérdidas económicas”. Sobre el diálogo laboral en curso, la citada entidad dijo que para dar “continuidad al empleo de todos los trabajadores estibadores actuales” considera “indispensable” que se articule “un plan de reforma del sector de la estiba con dotaciones de ayudas públicas”.
En contra de lo que dicen los sindicatos, la plataforma PIPE, que agrupa a firmas inversoras en los puertos, aseguró que los pasivos de los trabajadores subrogados, según la reforma prevista, los deben asumir las empresas de estiba, un extremo que “supondría un quebranto patrimonial inasumible” porque “se verían en desventaja competitiva frente a potenciales nuevos inversores en el sector, ya que estos últimos entrarían en un mercado liberalizado sin haber asumido los costes de la liberalización”.
El riesgo de que los puertos acaben bloqueados por los estibadores ha puesto en alerta a las navieras, que ya buscan alternativas fuera de España. La líder mundial en el transporte de contenedores, Maersk Line, ha anunciado desvíos del tráfico de Algeciras, el puerto que mueve más mercancías de la Península por ser un centro de transbordo en las rutas globales. La compañía danesa ha informado a sus clientes de que aplicará un plan de contingencia para minimizar en la medida de lo posible el impacto de los paros, que pasa por dejar al puerto andaluz prácticamente fuera del mapa y derivar los buques que transbordan en él a otros puntos de Europa y el Mediterráneo. La firma asegura que el objetivo es asegurar que es capaz de entregar su carga como se comprometió de la manera más oportuna posible.