Operaciones preferentes
Hay más pacientes en espera, pero baja el 26% los que tardan más
El plan de choque para reducir la espera quirúrgica se concentrará en los diez problemas con mayor demora y que tienen más impacto en la funcionalidad de los pacientes.
El prometido plan de choque para reducir la espera quirúrgica se concentrará principalmente este año en los diez problemas que copan la mitad de las listas. Son las cirugías con demoras más largas y además son las que tienen más impacto en la funcionalidad de los pacientes. Incluyen las prótesis de rodilla, las hernias, las operaciones de espalda, las de túnel carpiano y otras del sistema nervioso, las de mama y las de obesidad mórbida. A ellas dedicarán, si se aprueban los presupuestos, 41 millones de los 57 millones del plan de choque para reducir listas y tiempo de espera.
“Una intervención de espalda equivale en gasto y tiempo a once de cataratas, así que podríamos haber optado por reducir lista total haciendo más cataratas. Pero esta priorización es la que más reducirá las secuelas del tiempo excesivo en la lista de espera”, explicó el director del Servei Català de la Salut, David Elvira, en la presentación de los datos semestrales.
La medida no es nueva, algo parecido estableció el equipo de Marina Geli, que creó un listado de operaciones preferentes con el compromiso de un plazo máximo para que los pacientes fueran intervenidos. Pero todo saltó por los aires con los recortes y desde entonces las listas y las esperas fueron creciendo mientras menguaban las horas de quirófano, los sueldos, los profesionales. Y en cada etapa de estos siete años se han intentado establecer prioridades que minimizaran las secuelas de la falta de recursos.
En la cirugía oncológica y cardiaca, se cumplen los plazos máximos casi al 100% (tumores, 45 días, salvo próstata y vejiga, 60 días; coronarias y válvulas, 90 días). En cataratas, que tienen de plazo máximo 6 meses, se cumple el 99%, aunque el retraso principal se sufre para la primera visita (167 días de promedio, cinco meses y medio, que hay que añadir a los 6 meses que se puede tardar en ser operado). En las prótesis de cadera también se cumple en un 91% el plazo, pero la primera visita con el traumatólogo tarda 134 días de promedio, más de 4 meses, y algunas pruebas diagnósticas, como el TAC, un par de meses más.
Donde más se exceden del plazo máximo comprometido es en las operaciones de prótesis de rodilla: el 44% se pasa de fecha. Y estar más de seis meses esperando el recambio quirúrgico supone una gran merma funcional. Por eso este año, además de contar cuántas personas esperan y durante cuánto tiempo, Salut quiere contabilizar ese perjuicio personal –y al propio sistema– que se produce mientras se permanece en la lista. Introducirán un análisis cualitativo de lo que pasa y también cómo están los operados un mes después de la intervención. Y empezarán precisamente por la rodilla, con 7.226 pacientes en lista. A todos ellos se les llamará al mes de la operación para saber si realmente ha sido efectiva la intervención y caminan.
En otra de las operaciones más frecuentes, las hernias inguinales, por ejemplo, “hemos analizado qué ocurre mientras los pacientes están a la espera de ser operados y vemos que durante ese tiempo se triplica el número de ingresos en un hospital”, explica Josep Maria Argimon, subdirector del Servei Català de la Salut. Hay 6.500 personas aguardando para la intervención casi cinco meses de media.
El año pasado creció un 2,5% el número de personas en lista de espera para ser operado (unos 4.000 más que en el 2015) pero bajó la cifra de los que se eternizan, objetivo prioritario de los últimos años. “Hemos conseguido que haya un 26% menos personas con demoras de más de un año y hemos aumentado la actividad en todo tipo de cirugía, todo ello con presupuesto prorrogado, defiende David Elvira.
Unos 41 millones del plan de choque servirán para incidir en las cirugías que más repercuten en la funcionalidad