Melania elige una lectura a niños enfermos en su primer acto en solitario
Una de las pancartas de las masivas manifestaciones de mujeres del 21 de enero, al día siguiente de la toma de posesión, se ha convertido en un grito de resistencia al presidente Donald Trump: “Free Melania”.
El apoyo a la liberación de la primera dama de Estados Unidos se sustenta por las reticencias que ella ha mostrado a mantener un perfil alto en ese cargo.
Tanto es así que hasta el jueves pasado no apareció en un acto en solitario. Salió bien escoltada de su torre de marfil, en la Quinta avenida de Manhattan, y se dirigió Al ala pediátrica del hospital Presbiteriano de Nueva York. Allí acudió a leer a los niños enfermos el que calificó como uno de sus “libros favoritos” de su biblioteca: Oh, the
places you’ll go! (¡Qué lejos llegarás!), una de las obras del doctor Seuss, autor infantil de quien el 2 de marzo se celebró el aniversario de su nacimiento (1904-1991).
A partir de esta fecha, Melania preguntó a los críos sentados a su alrededor: “¿Sabéis qué día es hoy?”. Ella misma contestó: “Es el día de la lectura”. Y aclaró: “He venido a animaros a leer y pensar sobre qué es lo que queréis lograr en vuestra vida”.
La primera dama carece todavía de la estructura propia de su oficina. Aunque cuenta con una jefa de gabinete para el Ala Este de la Casa Blanca y de una secretaria de actos sociales, aún le faltan rellenar puestos clave, sobre todo en el área de comunicación.
Por ahora, la primera dama ha ejercido prácticamente los fines de semana, en la residencia de Mar-a-Lago (Florida), con escasas incursiones en la capital. De momento, prefiere seguir en Nueva York, al menos hasta que concluya el curso escolar, mano a mano con su hijo Barron, de diez años, y lejos de su marido.
En declaraciones previas, Melania Trump había señalado que le gustaría trabajar para combatir el acoso cibernético. Circunstancia que provocó sonrojo visto el uso intimidatorio que el presidente hace de su cuenta de Twitter.
Casual o no, su antecesora, Michelle Obama, que hasta ahora mantenía una vida discreta fuera del foco público, acudió por sorpresa este mismo jueves a una escuela pública de Washington. Se pasó más de una hora hablando sobre la importancia de perseguir la mejor educación posible.
Melania, que lucía un pedazo de diamante en la mano izquierda, mostró la ilustraciones de Doctor Seuss y leyó: “Seréis tan famosos como famosos podáis ser (pausa), con el mundo entero viéndoos en la televisión”. Y sonrió.