El hombre duro del PP de Murcia
HECHO A SÍ MISMO Y FAJADOR, PEDRO ANTONIO SÁNCHEZ SE HA RESISTIDO A DIMITIR A PESAR DE LAS GRAVES IMPUTACIONES POR PRESUNTA CORRUPCIÓN EN EL CASO AUDITORIO
Es un tipo duro. Lo afirman algunos de los que bien conocen al actual presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez. “Va a dar guerra hasta el final, le ha costado mucho llegar aquí”, ya vaticinaban estas fuentes, a la vista del calvario judicial al que está sometido el mandatario popular. Pasado mañana está citado a declarar como investigado (lo que antes se llamaba imputado) en el caso Auditorio, sobre la presunta adjudicación irregular de las obras de construcción del auditorio de Puerto Lumbreras (Murcia), cuando él era alcalde de la localidad.
El Tribunal Superior de Justicia de Murcia le investiga por los presuntos delitos de prevaricación continuada, fraude contra la administración pública, falsedad en documento oficial y malversación de caudales públicos. Suficiente para que Ciudadanos le pidiera la dimisión, apelando al pacto de investidura, por el que Sánchez fue elegido presidente. Este jueves, para forzar su dimisión, Cs anunció que le retiraba su apoyo y abría contactos con el PSOE para explorar una posible investidura alternativa. Se planteó incluso la posibilidad de nuevas elecciones en la región.
“Él ha llegado desde lo más bajo a lo más alto, ha luchado mucho y tiene fuerte personalidad”, añaden los que conocen a Pedro Antonio Sánchez. El caso Auditorio no es el único episodio judicial que afecta al dirigente popular. Aunque en el otro asunto, el caso Púnica, ha habido un sonado escándalo por la decisión del fiscal general del Estado de no imputarlo frente al criterio de las dos fiscales al cargo, Carmen García Cerdá y Teresa Gálvez.
Dicen los que le conocen que Pedro Antonio Sánchez es hombre de profundas convicciones políticas y religiosas. Nació en 1976 en el seno de una familia humilde de Puerto Lumbreras, en el interior de Murcia; zona agrícola, con cierta elevación orográfica. Siendo un niño quería ser sacerdote y ayudaba a su familia en el campo y en una tienda de cerámica. De joven demostró inteligencia para los estudios y se decantó por Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Granada. Está contrastado que en ese tiempo daba clases de apoyo a niños de etnia gitana de los barrios marginales.
Fue agitador estudiantil en la universidad y se incorporó a las Nuevas Generaciones del PP, donde se dio a conocer por su determinación, habilidad política y capacidad de trabajo. Poco a poco fue ocupando cargos orgánicos en el partido y en el año 2003 se presentó a las elecciones locales de Puerto Lumbreras: mayoría absoluta. Éxito que repite en los comicios del 2007 y 2011.
En ese último año alcanza también plaza de diputado en el parlamento murciano y en el 2013 es elegido consejero de Educación por el expresidente Ramón Luis Valcárcel. Cuando este marcha a Bruselas como eurodiputado, muchos creían que Pedro Antonio Sánchez iba a ser el sucesor, pero fue elegido Alberto Garre.
El momento cumbre de su meteórica carrera política –tiene sólo 41 años– le llegó cuando relevó a Garre tras las elecciones autonómicas del 2015. El PP murciano ha cerrado filas en torno a él. Las graves sospechas del caso Púnica y el conflicto interno en el ministerio fiscal ya deterioraron su imagen y su credibilidad. Pero nada comparado con el caso Auditorio, donde pesa una grave sospecha judicial en su contra, así como sobre todos los concejales del equipo que le acompañó entre los años 2003 y 2013.
Pedro Antonio Sánchez no ha ocultado nunca su satisfacción porque ninguna de las más de 15 denuncias que ha sufrido en su vida política haya prosperado. Es una seguridad que ha seguido manteniendo en este último episodio judicial, a pesar de que desde el primer momento de su imputación tanto Ciudadanos como el Partido Socialista pidieron su cabeza. Pero el PP le ha seguido apoyando y él ha demostrado ser extremadamente correoso.