Operación Torquemada
La ley de igualdad de género, el matrimonio homosexual, la ley de plazos del aborto, la asignatura de educación para la ciudadanía y otras políticas sociales impulsadas por el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero comparten un enemigo común: la asociación ultracatólica Hazte Oír. ¿Recuerdan aquellas manifestaciones multitudinarias en contra “del imperio gay”? ¿Las movilizaciones a favor de la familia tradicional? ¿Y las concentraciones donde se exigía paralizar la nueva norma sobre interrupción del embarazo? Ahí estaban los miembros de Hazte Oír, especialistas en la agitación de masas a través de las redes sociales.
Durante ese periodo no vivían arrinconados en la marginalidad extremista, como ahora. El cardenal Rouco Varela les hizo de valedor y se apoyó en ellos para impulsar su oposición a determinados avances sociales. Una muestra de esta colaboración ultraconservadora fueron las “misas de la familia” que organizaba Rouco en Madrid y que se convirtieron de facto en un acto en contra del PSOE. El PP supo sacar tajada de ello. Pero una vez en el Gobierno, los populares relegaron a la marginalidad esta asociación, que preside Ignacio Arsuaga. La Iglesia católica también les ha dado la espalda.
Es ahora que están relegados al ostracismo cuando sus campañas adquieren mayor virulencia. La última, la del autobús que lanza mensajes en contra de niños transexuales. La nueva operación Torquemada del inquisidor Arsuaga ha escogido uno de los colectivos más indefensos: los menores de edad. No es un disparate, como lo han calificado desde el PP. Se trata de una acción de odio en contra de un colectivo por motivo de su identidad sexual. Que no miren a otro lado ni traten de relativizar este ataque. Denuncien a Hazte Oír.