Las claves del caso Palau
Según apuntan numerosos indicios, la Fiscalía y las defensas de los Montull han alcanzado un pacto conforme al cual ambos acusados, padre e hija, facilitarían material incriminatorio a la acusación pública a cambio de que esta rebajara sustancialmente las peticiones de pena para Gemma Montull. La primera etapa del pacto ya se habría consumado mediante el documento (que contiene hojas de Excel, extractos bancarios y anotaciones contables manuscritas) que la defensa de Gemma Montull aportó durante las
cuestiones previas del juicio. ¿Cómo puede articularse este pacto en este momento procesal? Con carácter general, conviene recordar que la ley de Enjuiciamiento Criminal permite la conformidad del acusado con la acusación más grave, pero, para su eficacia, requiere que todos los acusados presten su expresa conformidad. Como sea que tal escenario no parece ya viable, se plantea el interrogante de cómo articular el pacto.
La fórmula consistiría en que, al reiniciarse le juicio el próximo miércoles, la Fiscalía pida alterar el orden de las declaraciones para que Gemma Montull sea la primera en declarar incriminando a otros acusados (al parecer, a Fèlix Millet y al extesorero de CDC Daniel Osàcar) fundándose en el contenido del documento aportado. A continuación, Montull padre ratificaría la declaración de su hija.
Veremos si esa incriminación alcanza sólo a alguno de los ya acusados para facilitar su condena o si se extiende también a otras personas hoy no acusadas. En ese caso, el tribunal podría optar por abrir una instrucción suplementaria y devolver la causa al juzgado de instrucción para investigar a los nuevos incriminados (cosa que parece poco probable dada la complejidad de la causa y del propio calendario del juicio oral) o remitir el correspondiente testimonio para que se inicie una nueva causa contra otras personas.
La contrapartida consistiría en que, al finalizar la prueba del juicio (ya en el mes de junio), el fiscal modificaría sus conclusiones provisionales y, seguramente aplicando la atenuante analógica de confesión, reduciría la pena solicitada para Gemma Montull. Esa modificación o rebaja de penas sólo vincularía al tribunal si fuera secundada por el resto de las partes acusadoras. En cualquier juicio, el margen del tribunal abarca desde la absolución hasta la máxima pena pedida por cualquiera de las acusaciones. Es posible por tanto que, aún cuando la fiscalía redujera la solicitud de pena para Gemma Montull, el tribunal condenara por encima ateniéndose a las peticiones de otras acusaciones (por ejemplo, el Consorcio pide para Gemma Montull 12 años por malversación y 9 por falsedad, y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, un total de más de 34). El pacto está pues sometido a un doble nivel de incertidumbre. Así, una vez los Montull hayan cumplido sus
compromisos, deberán en primer lugar esperar hasta junio para comprobar si el fiscal reduce efectivamente sus peticiones penológicas o, por el contrario, las mantiene al entender que el material incriminatorio facilitado no se ajusta a lo esperado. Y, en segundo lugar, porque en la medida en que alguna (o varias) de las restantes acusaciones mantuviera sus peticiones, habría que esperar igualmente a la sentencia, que podría condenar por encima de lo pedido por la Fiscalía.
En cuanto a Millet, que podría estar también dispuesto a
cantar para obtener un trato de favor, es muy difícil que la fiscalía pueda reducirle las peticiones habida cuenta de su condición de máximo responsable del expolio. Si con los Montull el pacto es viable, pero de resultado incierto, con Millet parece totalmente inviable.
Si con los Montull el pacto es viable pero de resultado incierto, con Millet parece totalmente inviable