La Vanguardia

Faye Dunaway y Warren Beatty, de ‘Bonnie & Clyde’ a la pifia de los Oscar

Faye Dunaway y Warren Beatty arruinan el homenaje que recibieron en los Oscars

- FRANCESC PEIRÓN

De no mediar una chapuza de semejante dimensión, los sesudos analistas habrían subrayado a posteriori el juego escénico, esa célebre complicida­d entre Faye Dunaway y Warren Beatty.

En verdad, no había ni interpreta­ción, ni química, ni siquiera capacidad de improvisac­ión. Sólo la expresión de un desconcier­to real que les llevó a declarar a La

La Land como película triunfador­a sin atreverse a levantar la mano y constatar que les habían dado un documento equivocado .

Pero ahí estaban los dos, jugando con el sobre y la cartulina del premio más deseado de los Oscars. Segundos de suspense...

¡Qué exuberante estampa para deleite de mitómanos!

La Academia de Hollywood reunió de nuevo el pasado domingo a Bonnie and Clyde –muchos siempre los verán, o los veían hasta entonces, como la pareja criminal más tórridamen­te sexy de la pantalla– en conmemorac­ión del 50 aniversari­o del filme de Arthur Penn que les colocó en el olimpo cinematogr­áfico. Incluso les convirtió en referentes de la cultura pop.

Sus carreras de celuloide se dispararon a partir de ese título. Entre distintos reconocimi­entos, ella, una de las mujeres fatales más apreciadas, obtuvo una estatuilla en 1976 por su interpreta­ción en Network. Él, dandi absoluto cuyo éxito femenino corroe a Woody Allen, hizo lo propio en 1982 como director de Rojos.

“Mi primera impresión de ella fue su indómita inteligenc­ia y su sentido del humor, y, por supuesto, su belleza”, evocó la semana pasada Beatty, de 79 años, en la revista People. Sin embargo, Faye no figura al parecer en su larga lista de conquistas sentimenta­les.

“Teníamos claro –terció Dunaway, de 76– que un affaire sería el final de nuestra buena relación en la pantalla. No quieres cargar con una maleta personal cuando estás haciendo un gran trabajo”.

Violencia y lujuria encumbraro­n el filme de Penn, basado con las libertades propias de la imaginació­n comercial, en las andanzas nada peliculera­s de Bonnie Parker y Clyde Barrow. En los Estados Unidos de la Gran Depresión, lejos del imperio, se amaron, robaron bancos y mataron juntos. Los historiado­res se decantan por la tesis de que ella jamás pegó un tiro o, si lo pegó, no acertó en el blanco. Y, uno al lado del otro, abrazaron la eternidad el 23 de mayo de 1934, freídos a balas en una emboscada policial.

Surgió la leyenda. En aquel país

sumido en la miseria, el de Las

uvas de la ira que retrató John Steinbeck, Bonnie and Clyde coparon el imaginario colectivo como modernos Robin Hood.

Su versión fílmica de 1967 recibió diez nominacion­es. Se llevó dos (Estelle Parsons, actriz secundaria, y Burnett Guffey por la fotografía), pero Dunaway, Beatty y Penn marcharon de vacío en una edición en la que se impuso En el calor de la noche de Jewison. A pesar de esa decepción, las tribulacio­nes de estos “amantes bandidos” –a lo Miguel Bosé– dejaron profunda huella. Una prueba evidente es que, al medio siglo, la industria les rindió tributo al convocar del cine a la pareja protagonis­ta como broche de oro a la ceremonia de este 2017.

Pero, más que entregar el galardón a la mejor película, Bonnie and Clyde perpetraro­n su último golpe. Fueron los colaborado­res necesarios del desastre.

Cuentan que, al contrario de las apariencia­s en sus cordiales declaracio­nes de las vísperas, Dunaway y Beatty se estuvieron peleando detrás de bastidores.

El romance de celuloide se difuminó con el tiempo. Uno y otra querían ser la voz que anunciara el nombre del ganador. Aseguran que hubo tanta tensión que decidieron hacer los ensayos por separado. Según Page Six, la página de cotilleos del The New York

Post, en ese dúo “no queda amor”. Al final, Beatty aceptó encargarse de abrir el sobre –el equivocado, como se vio luego– y Dunaway de la lectura, que hizo de manera abrupta, tras quitarle la cartulina de las manos a su colega. Ese mal rollo pudo contribuir a la consumació­n de la pifia.

En época de conspiraci­ones, y visto su silencio, hay teorías que insisten en que Beatty calló para que Dunaway se estrellara. Por la razón que sea, a los de Moonlight les robaron su noche.

Aseguran que hubo mala relación entre los que fueron amantes bandidos en el filme de Penn de 1967

 ??  ??
 ??  ?? Faye Dunaway y Warren Beatty, como Bonnie Parker y Clyde Barrow, en el filme que los encumbró en 1967
Faye Dunaway y Warren Beatty, como Bonnie Parker y Clyde Barrow, en el filme que los encumbró en 1967
 ??  ?? Faye Dunaway (76) y Warren Beatty (79), el pasado domingo en los Oscars
Faye Dunaway (76) y Warren Beatty (79), el pasado domingo en los Oscars
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain