El caramelo del turismo chino
Casi 300.000 viajeros del país asiático visitaron Catalunya en el 2016, un 40% más que en el 2015
Son los que más viajan y gastan de todo el mundo. Se sienten atraídos por la cultura, la gastronomía, las compras, el juego y todo aquello excepcional y superlativo. Cruzar sus fronteras es para ellos sinónimo de estatus y prestigio, y suelen viajar con toda la familia. Son los turistas chinos, un colectivo que crece a pasos agigantados. Según el último informe de la Organización Mundial de Turismo, el gasto de los viajeros chinos creció en el 2015 un 26% hasta alcanzar los 292.000 millones de dólares (unos 276.000 millones de euros), y el total de viajeros subió un 10% hasta situarse en los 128 millones. El potencial del país asiático, con 1.375 millones de habitantes y una clase media in crescendo, es enorme, y Catalunya ya lo está notando: de los 480.000 turistas chinos que en el 2016 llegaron a España, más de 292.000 visitaron Catalunya, básicamente Barcelona y la provincia, lo que supone un aumento de cerca de un 40% respecto al año anterior.
Las previsiones de la Agència Catalana de Turisme son optimistas: en el 2020 la cifra superará el medio millón. La nueva ruta aérea que Air China abrirá en mayo entre Barcelona y Shanghai, un vuelo directo
El gasto de los chinos en Catalunya oscila entre 180 y 200 euros por día y son los que más dinero destinan a compras
sin escalas, y el enlace, también directo, de Cathay Pacific con Hong Kong a partir de julio contribuirán a aumentar las cifras.
Las administraciones y las empresas del sector han puesto sus ojos en este colectivo que se mueve por unos patrones distintos a los de otros grupos turísticos atraídos por el sol y la playa. El director de la Agència Catalana de Turisme, Xavier Espasa, destaca las compras, la cultura, la gastronomía y los negocios como las principales motivaciones de su visita a Catalunya. Espasa subraya que su gasto medio oscila entre 180 y 200 euros al día y que es el mercado que más dinero destina a compras. El hecho de que un 60% de los turistas sean mujeres explicaría, en parte, este hecho.
La mayoría de los visitantes procede de grandes ciudades con más de un millón de habitantes, tienen entre 27 y 50 años, poseen título universitario y pertenecen a la creciente clase media o alta, según explica Antonio Lee, el responsable de la Oficina de Turismo que la Generalitat tiene en Pekín. La estudiante de doctorado industrial Kerry Jiayi Lin, en su estudio sobre el potencial del turismo chino, encargado por el Patronat de Turisme de Girona, la UdG y la Generalitat, destaca que suelen visitar uno o dos países por viaje, más de una ciudad y que se interesan por las urbes más famosas. Lin destaca que si bien Barcelona es una “marca muy conocida”, no ocurre lo mismo con Catalunya ni otros destinos como la Costa Brava. Por eso, instituciones como el Patronat de Turisme destacan la necesidad de promocionarse conjuntamente y algunos hoteleros plantean la opción de establecer sinergias con hoteles de Barcelona para fomentar las visitas de este colectivo que, exceptuando Cadaqués (en China han creado Kadakaisi, una réplica del pueblo costero), es residual en la Costa Brava.
No ocurre lo mismo en Figueres, con Dalí como reclamo, o en Girona, donde su presencia se ha disparado un 85% en los dos últimos años, según la Oficina de Turisme. Un hecho que el Consistorio atribuye, en parte, a los rodajes en el casco antiguo de Juego de tronos y Legend
of the Blue Sea, una serie surcoreana con gran audiencia en Asia. La catedral, en cuya escalinata se rodaron algunas escenas de la serie norteamericana, es parada obligatoria para turistas como Zou Yijun, un joven estudiante de negocios que vive cerca de Shanghai. En cinco días habrá visitado Lisboa, Barcelona, Girona y París. “No tengo más vacaciones”, se lamenta el joven, que representa a un tipo de visitante al alza: el viajero independiente que no forma parte de grupos organizados. Un filón atractivo para el sector ya que es el que más gasta y el que se deja seducir por experiencias únicas, como el golf o la gastronomía de alto nivel.