Más democracia
Álvarez Junco, Ramon Andrés y Lluís Boada, ante el auge de Trump
El extendido desprecio a la política. “Yo no voto, todos son iguales”. Recuerda a la crisis del parlamentarismo de los años treinta en Europa. Lo dijo hace unos meses la premio Nobel bielorrusa Svetlana Alexiévich, que vive en Suecia y desde esta atalaya tiene una visión más general del continente que la avistada desde una esquina del sur de Europa.
El historiador José Álvarez Junco, que escribió una elogiada biografía de Lerroux, símbolo del populismo político en España, cree que la diferencia, hoy, es que “la democracia está más asentada”, aunque advierte que todo dependerá de cómo funcionen las instituciones democráticas. Muy especialmente la división de poderes, el respeto a los derechos de las minorías, etcétera. “El populismo basado en afirmaciones que reafirman las banalidades de los juicios narcisistas típicos del individuo medio inculto dichos por quienes intentan engañar para afirmar sus propios intereses por encima de todo como ley suprema. En el caso de Trump se verá si sabe negociar con la realidad”.
El historiador señala que la reforma de Lutero fue posible gracias a la invención de la imprenta; la revolución liberal, gracias a la prensa escrita; el nazismo, gracias a la radio; incluso la revolución de Jomeini, gracias a las cintas de casetes que oían en los puestos del mercado sin que la policía iraní entendiera que eran proclamas de Jomeini grabadas en París. Trump lo ha hecho con los nuevos medios, Ramon Andrés (Pensar y no
caer, Acantilado) cree que “sería más liberador hablar de posmentira, y no por el descubrimiento de un camino hacia la supuesta verdad, sino como síntoma de que una parte, todavía pequeña, de la sociedad sospecha, pero ahora seriamente, de la oscura manipulación a la que está sometida. Una sociedad que ha sido envenenada por el narcisismo y su inmediato colaborador, el individualismo, pero no ese individualismo ético que despierta y espolea la conciencia, como decía Hans Jonas, sino ese que es de la peor estofa, ese que culmina con la peor de las estrategias: no ver al otro, no saber que existe; vivir la desaparición del prójimo”.
“Hace apenas unos días la Unión Europea reconocía su fracaso en la gestión de la crisis desatada en el 2008 y, cosa importante, su error en la estrategia de recortes económicos. Hasta el FMI se ha autoinculpado. La consecuencia ha sido dejar tras de sí una población empobrecida y cada vez más ignorante, cuya expectativa consiste en una carrera de supervivencia y en la asunción de trabajos ínfimos. Es una población que no puede pagar la democracia a precio de artículo de lujo, la angustia de una ciudadanía que no tiene con qué financiar un sistema prohibitivo pensado para unos pocos. Lamentarse de Trump es una mojigatería cuando la inmadurez de la población ha sido hábilmente cultivada en los invernaderos de los estados”.
Desde el humanismo cristiano, Lluís Boada acaba de publicar La senectud del capitalismo. Un reto a la juventud (Ed. Libros). “Como todo lo que vive, el capitalismo está condenado a morir y, mientras vive, está sometido a accidentes y vaivenes. Ahora está en su fase de senectud. El punto de inflexión se produjo cuando el capital se siguió concentrando pero los trabajadores comenzaron a ser dispersados en todos los lugares y por todo el mundo. Los restos de aquella clase, perdidos y humillados, pueden agarrarse a un clavo ardiente, a cualquier falseador de antagonismos, ya se llame Marine Le Pen o Donald Trump. A los grandes tiburones capitalistas no les basta con comerse a los pequeños, liquidar a las clases medias y hacerse con sus ahorros, sobreexplotar, por activa o por pasiva, a los trabajadores, especialmente a los jóvenes, y esquilmar a la naturaleza, sino que tratan de devorarse entre ellos usando todos los medios a su alcance, desde hacerse directamente con el poder político hasta inventar la para poder mentir impunemente”.
RAMÓN ANDRÉS “La inmadurez de la población ha sido cultivada por los estados”
LLUÍS BOADA “Como todo lo que vive, el capitalismo morirá, ahora está en su senectud”