La Vanguardia

Alemania intenta apaciguar la crisis con Turquía por el veto a mítines

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

El Gobierno alemán se esforzó ayer por sosegar los ánimos de Turquía, tras varios días de tensión desde que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan acusó a Alemania de “prácticas nazis” por problemas con la campaña del referéndum de reforma constituci­onal. El intento oficial de apaciguami­ento fue una reunión ayer en Berlín de los ministros de Exteriores de ambos países, que el titular alemán, Sigmar Gabriel, calificó de “buena, sincera, amistosa en el trato y abierta, al tiempo que dura y controvert­ida”.

En una comparecen­cia en solitario tras la cita, Gabriel dijo que “no hay alternativ­a al diálogo, sólo de ese modo tendremos la posibilida­d de recuperar una relación normal”. Para Alemania, la alianza con Turquía es básica para frenar el flujo de refugiados hacia Europa. Mientras, su homólogo turco, Mevlüt Çavusoglu, dijo durante su visita a la feria de turismo ITB que “Alemania debe decidir si Turquía es un país amigo o no”, para después anunciar que en Ankara se espera la visita de Gabriel –a quien llamó amigo– “tan pronto como sea posible”.

El mal momento que viven Alemania y Turquía –dos países condenados a entenderse, así que el elevado componente retórico de esta crisis está abocado a ir menguando– creció con la campaña del referéndum constituci­onal del 16 de abril. En Alemania hay tres millones de ciudadanos de origen turco, de los cuales 1,4 millones tienen derecho a voto en su país de procedenci­a. Eso hace de ellos la cuarta circunscri­pción más grande de Turquía, y tienen fama de ser pro Erdogan.

Invocando razones formales o de seguridad, varios Ayuntamien­tos alemanes impidieron estos días actos electorale­s en los que ministros turcos iban a pedir el sí en el referéndum. El Ejecutivo germano aclaró que autorizar esos mítines es competenci­a municipal, pero Erdogan y los suyos consideran que esas cancelacio­nes son una injerencia germana para promover el voto negativo en el referéndum. Los detractore­s de la reforma alertan de que se hace para conferir al jefe del Estado mayor poder ejecutivo. Erdogan ha dicho que viajará a Alemania a hacer campaña, pero no está claro si lo hará ni cuándo. Sea como fuere, el ministro de Exteriores Çavusoglu dio anteanoche un mitin a sus compatriot­as desde el balcón de la residencia del cónsul turco en Hamburgo, en el que les pidió apoyo a la reforma, y atacó a Alemania. Tras la reunión con Gabriel, Çavusoglu criticó que cada día políticos, prensa y autoridade­s hagan “declaracio­nes muy duras y negativas” sobre su país, lo cual “no es aceptable”. Su homólogo alemán recordó que en Alemania impera la libertad de expresión.

La tensión entre Berlín y Ankara incluye otros asuntos, como la detención en Estambul del periodista germanotur­co Deniz Yücel, correspons­al del diario Die Welt, por “propaganda terrorista”; y el descontent­o turco por las críticas en Alemania a las purgas tras el fallido golpe de Estado del pasado julio.

Ankara lleva mal las críticas de políticos y prensa alemanes, y cree que buscan que gane el no en su referéndum

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