La pericia de las máquinas
Hablan y oyen. Los asistentes del móvil –Siri, Cortana, Google Now, etcétera– son la prueba de que las máquinas ya “hablan” y “oyen”. “Entienden lo que dices por técnicas probabilísticas y de reconocimiento de voz; pero no hay una comprensión profunda del lenguaje; la IA no hace un análisis semántico de lo que dices sino que reconoce patrones en la señal sonora”, explica Ramon López de Mántaras.
Ven. La IA es capaz de analizar imágenes de tejidos humanos y detectar posibles tumores con mayor efectividad que los médicos. “El software distingue entre órganos sanos y no sanos, pero no sabe qué es un tumor”, dice López. La visión artificial también ha demostrado su efectividad para el control de calidad porque pueden “ver” y separar las piezas buenas de las defectuosas, y es básica para los coches autónomos.
Planifican. Las tareas de mantenimiento que realizan cada noche miles de técnicos en el metro de Hong Kong las decide y planifica un programa de IA.
Razonan. Sistemas de software han resuelto problemas de álgebra que los matemáticos no habían logrado demostrar en 60 años, como la conjetura de Robbins.
Crean. Sistemas de IA son capaces de interpretar música de forma expresiva y de escribir relatos a partir de datos.