¡Aviso, pisan fuerte!
El centro de Madrid, colapsado, por miles de mujeres y la Policía Municipal, que cortó tarde el tráfico
Que nadie se llame a error. No son cuatro locas que van en contra de todo lo que huela a masculino. Noooo. Son muchas –y muchos–, legión diría, como quedó claro ayer en la manifestación que se celebró ayer en Madrid (también en Barcelona y en más de 50 capitales del mundo) donde el color morado relució con fuerza de la mano de miles de jóvenes. Porque aunque había numerosas mujeres maduras, las que llevan décadas combatiendo por la permanente discriminación, su presencia quedó relegada ante la multitud de muchachas que reclaman el derecho que a día de hoy la sociedad les niega, la igualdad de oportunidades.
Y tienen fuerza, muchísima, la propia que da la edad y, más aún, la que proporciona la razón. No se conforman, ni piensan hacerlo porque consideran tremendamente injusto vivir en un país en el que tienen todas las papeletas para tener un contrato a tiempo completo, cobrar menos que su compañero, conformarse con un puesto directivo intermedio, ser relegada por ser madre o ser violada o asesinada por el mero hecho de ser mujer. Pero, ¡aviso! Esta hornada de jóvenes pisa fuerte y están decididas a dar la cara, a luchar enarbolando sin complejos la bandera de la igualdad.
Y ayer lo demostraron colapsando el centro de Madrid, desde el paseo del Prado hasta Cibeles y la Gran Vía. Literalmente. Bueno, ellas, y los agentes de la Policía Municipal que cortaron el tráfico demasiado tarde provocando un inmenso caos. Pero eso no impidió que miles de mujeres y hombres izaran su voz con poderío. “Aunque no podamos marchar, nos oirán”, gritaban.
Algo está cambiando. El motor de la igualdad, que lleva año al ralentí, ha sido relanzado por miles de jóvenes preparadas y llenas de ambición. Y lo conseguirán si no confunden el amor con la sumisión, la maternidad como el fin único de sus vidas y si dejan de juzgar a las mujeres con más dureza que a los hombres. En su mano está.