Ivan Vasiliev baja a la arena
De cómo una gran estrella del Bolshói escoge el Centre Cultural Terrassa para estrenar una creación propia
El mundo del ballet puede llegar a ser algo anárquico. De repente, figuras que juegan en primera división están encantadas de bajar a la arena y actuar en un escenario medianos como el del Centre Cultural Terrassa. ¿Qué le habrá picado al gran Ivan Vasiliev, el bailarín volador que conquistó el Bolshói, para ansiar estrenar en el Vallès su última creación coreográfica y ya puestos marcarse el paso a dos de Don Quijote?
“El arte hay que compartirlo, y a mí me encanta viajar y subirme al escenario”, dice jadeando por el esfuerzo del ensayo. “Eso es a lo que quiero dedicar mi tiempo. Y si para ello hay que ir a Murcia o Terrassa, ¿por qué no?”
Encontramos a Vasiliev de paso por el Centre Cultural. Ha venido ex profeso para tomarle la medida al escenario antes de partir hacia Murcia, la otra parada de su minigira española. El sábado 11 de marzo volverá para actuar ante el público de esta 34ª Temporada BBVA de Dansa (20 h), y como máxima figura de una gala protagonizada por una decena de estrellas de ballets rusos. Como partenaire tendrá a la primera bailarina del Mariinsky, Oxana Bondareva.
Así es el hiperactivo Ivan Vasiliev (Vladivostok, 1989). Cuando formaba junto a la también rusa Natalia Osipova la pareja artística y sentimental más cotizada del star system internacional, no dudó en seguir a su amada y dejar el Bolshói de Moscú por las propuestas más modernas del Mijailovsky de San Petersburgo. Fue cuando asumió la dirección Nacho Duato, del cual Vasiliev opina: “Fue muy positivo para la compañía; lo que Nacho aportó a los bailarines del Mijailovsky era algo muy nuevo, un nuevo estilo. Y considero que cuando se fue la dejó a otro nivel”.
Ahora que aquel noviazgo Osipova-Vasiliev ya es historia, el inquieto artista ha hallado estabilidad con la también bailarina Maria Vinogradova, con quien acaba de tener un bebé. De modo que el último par de años se ha lanzado a crear por sí mismo –“es muy aburrido ser sólo bailarín”–, y acaso es en lugares más acogedores como el Centre de Terrassa
donde se asegura un buen estreno.
“No, yo solo disfruto de la vida. Es demasiado corta para tomársela tan en serio. ¡Gocemos y seamos felices!”, dice lanzando una de sus miradas de enloquecidas. En Amadeus , un dúo en el que combina la complejidad técnica con la excentricidad y el carácter burlón, quiere reflejar, dice, la personalidad de Mozart. Y lo hace al son del Andante del Concierto para piano nº21, que en Terrassa interpretará en vivo todo un Albert Guinovart.
De hecho, fue la propuesta de Adrià Fornés, el director del centro, de contar con una figura catalana de la música culta al piano lo que acabó de convencer a Vasiliev de que Terrassa era un lugar tan bueno como cualquier otro para el estreno en ciernes.
“Mozart era un genio, pero también estaba loco, lo puedo entrever en su música, y eso para mí es fantástico”. ¿Porque encaja con su locura? “Sí. Soy un loco. Todo el mundo debería estarlo, de una manera positiva y pacífica, no agresiva, claro”, concluye el bailarín.
Vasiliev presenta su particular visión de Mozart en el dúo ‘Amadeus’ y Albert Guinovart se brinda a acompañarle al piano