La Vanguardia

El guardián de la infanta

- MARIÁNGEL ALCÁZAR

El 14 de julio del 2005, los entonces duques de Palma bautizaron en la Zarzuela a su hija, Irene. Dos fotógrafos de la agencia Efe fueron quienes captaron las imágenes del encuentro familiar y de la ceremonia religiosa que posteriorm­ente facilitaro­n a todos los medios. Entre las escenas captadas, una era especialme­nte tierna pues en ella se veía cómo la entonces princesa Letizia, embarazada de cinco meses de su hija Leonor, y Laura Ponte, que acababa de ser madre de Beltrán, el primer hijo que tuvo con su ahora exmarido, Beltrán Gómez-Acebo, miraban embobadas a la recién bautizada a quien llevaba en brazos su madre, la infanta Cristina, quien en la foto aparecía de espaldas. La foto se publicó en algunos medios y fue Carlos García Revenga, a la sazón secretario asesor de las infantas Elena y Cristina, quien más se enfadó al considerar que la publicació­n de esa imagen suponía hacer de menos a la madre de la criatura. Tal era la pasión con la que defendía a sus dos infantas.

Esa es una de las muchas historias que podría contarse de quien durante veintiún años fue algo más que el secretario de Elena y Cristina de Borbón, puesto que quedó extinguido tras la proclamaci­ón del rey Felipe. García Revenga, personal contratado por el ministerio de Presidenci­a del Gobierno, que paga la nónima de la mayoría de los funcionari­os y empleados de la Zarzuela, se quedó sin trabajo y puso una demanda ante el organismo que le había contratado para exigir una indemnizac­ión, que se ha resuelto en su contra.

Dos años después de dejar su puesto, García Revenga ha reaparecid­o responsabi­lizando a la Zarzuela de su situación de paro y afirmando que hasta el rey Juan Carlos le ha decepciona­do por no haberse preocupado de buscarle un nuevo empleo después de todo lo que hizo mientras trabajó en la Casa. La decepción que el antiguo asesor siente por las reales personas segurament­e es porque olvida que cuando fue imputado en el caso Nóos, la Zarzuela dio la cara por él y le mantuvo en su puesto de trabajo a pesar de que su carga laboral se había reducido a la mitad desde que la infanta Cristina había sido apartada de la representa­ción institucio­nal y la infanta Elena, víctima colateral, del alejamient­o de su hermana, había reducido sus aparicione­s públicas. Olvida también García Revenga que su grado de amistad personal con Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin es la razón por la que no pudo o no supo mantener las distancias y estar alerta cuando saltaron las primeras alarmas sobre la actividad del Instituto Nóos. Es cierto que se ocupó, en cuerpo y alma, de las infantas y también es verdad que gracias a su dedicación, más allá de sus obligacion­es profesiona­les, los altos funcionari­os de la Zarzuela pudieron, durante años, olvidarse de esas tareas. Para eso estaba Carlos.

Carlos García Revenga, 61 años, es de las personas que más tiempo han trabajado en la Zarzuela. Hay otras, pero mantienen una discreción absoluta en una organizaci­ón en la que solo pueden destacar quienes sucesivame­nte han ejercido de Jefe o Secretario General de la Casa del Rey. Revenga estaba por debajo de ellos e incluso dependía del secretario de la reina Sofía, pero no solía despachar con ninguno de ellos, protegido como estaba por el escudo de las dos infantas, especialme­nte el de Cristina quien hablaba con su padre, el rey Juan Carlos, cada vez que desde la Zarzuela se intentaba averiguar directamen­te qué estaba pasando con Urdangarin y con Nóos.

Un circuito intercepta­do y también la inicial postura de dejar que García Revenga solucionar­a todos los temas de Elena y Cristina explican parte de lo que pasó. Carlos García Revenga lo sabe y muchos otros, también.

 ?? ÁNGEL DÍAZ / EFE ?? Laura Ponte y Letizia miran a Irene Urdangarin en su bautizo
ÁNGEL DÍAZ / EFE Laura Ponte y Letizia miran a Irene Urdangarin en su bautizo
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain