LOS POPULISMOS COTIZAN A LA BAJA
EL FRENTE NACIONAL DE LE PEN Y LOS XENÓFOBOS DE WILDERS CAEN EN INTENCIÓN DE VOTO EN VÍSPERAS ELECTORALES
TENDENCIAS DE FONDO Dempsey: “Hay un europeísmo por explotar; el Brexit y Trump no tienen que ser su final”
LOS LIBERALES SE AFIANZAN El apoyo a Wilders, como es habitual, se ha desinflado conforme se acercan las elecciones
“Vivimos una primavera patriótica”, proclamó el holandés Geert Wilders en enero, exultante por el tirón electoral de ideas como cerrar las fronteras, salir del euro y acabar con la Unión Europea, durante la cumbre de partidos de extrema derecha europeos celebrada en Coblenza (Alemania). Reforzados por la victoria de Donald Trump y el Brexit, querían exhibir músculo en un año electoral clave para Europa.
A tres días de las elecciones legislativas en Holanda y tres semanas de la primera ronda de las presidenciales francesas, el panorama se presenta sin embargo muy distinto. La popularidad de estas formaciones parece haber tocado techo mientras las opciones abiertamente europeístas, como el movimiento
En Marche! del exministro Emmanuel Macron en Francia o el D66 en los Países Bajos, registran fuertes avances que les llevan a presagiar “una primavera europeísta”.
Ambos partidos sumaron fuerzas esta semana en un acto conjunto celebrado en Bruselas. La lluvia fina que el pasado martes caía sobre la capital comunitaria no desanimó a los simpatizantes y voluntarios que se acercaron a recibir al autobús del D66 llegado desde La Haya para entregar su manifiesto electoral, traducido al francés, a Jean Arthuis, uno de los primeros eurodiputados que apoyó a Macron. Ambos pertenecen a los liberales europeos.
“Vemos señales de cambio en toda Europa”, celebró la eurodiputada Sophie in ‘t Veld, líder del D66 en la Eurocámara. El auge de Macron, el avance de su propia formación en las elecciones holandesas del próximo miércoles, el resultado de las segundas presidenciales austriacas, los modestos avances de los liberaldemócratas en el Reino Unido y el éxito del candidato socialista alemán (el expresidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz). son “señales de cambio”, dijo, que invitan a la esperanza.
“La última vez que Holanda y Francia votaron al mismo tiempo fue en el 2005, sobre la Constitución europea”, recordó Arthuis. “Entonces no logramos convencer a la ciudadanía pero hoy la situación es muy diferente. Ningún país puede resolver por sí solo los desafíos que se presentan” en la era de la globalización y responder a las expectativas de los ciudadanos.
Judie Dempsey, analista del prestigioso Carnegie Europe, analiza en una reciente artículo los brotes europeístas en Holanda, Francia y Alemania. Su conclusión: “Las tendencias son eso, tendencias. Pero está claro que hay un apoyo a la UE en Europa que está por explotar. Brexit y Trump no tienen porqué ser una profecía autocumplida del final de la Unión, por mucho que a los euroescépticos y los consejeros de Trump les gustara que así fuera”.
El Frente Nacional francés no ha tenido tanto éxito como Wilders inoculando el virus antieuropeo en el debate público del país, pero la cerrada defensa de Macron del federalismo europeo (“Europa es la última oportunidad de Francia”, sostiene Arthuis) va más lejos que todos los demás partidos. Las últimas encuestas sitúan a En Marche! por delante de Marine Le Pen, como fuerza más votada en la primera y la segunda ronda de las elecciones presidenciales francesas. El partido y algunos observadores ha recibido la previsión con extrema cautela. Está por ver que no sea una burbuja mediática y que el más líquido de los candidatos mantenga hasta el final la fuerza de su irrupción como opción alternativa.
En los Países Bajos, conforme se acerca la fecha de las elecciones, el apoyo a Wilders se ha ido desinflando, como es habitual. La media de sondeos lo sitúa en segunda posición (con un 14% de porcentaje de intención de voto) por detrás del VVD (liberales, 16%); el D66, que ha escalado posiciones con fuerza en las últimas semanas, y los democristianos (CDA) se disputan la tercera posición (12%).
Wilders no se desanima. “Parece que hemos ganado incluso antes de que se celebren las elecciones, porque muchos colegas están copiando nuestras ideas”, celebró el pasado domingo. Su esperanza es que los votantes elijan “al original en lugar de a la copia”. La campaña electoral está dominada por temas propios del PVV como la identidad nacional, la inmigración, los valores o el futuro del estado del bienestar.
El paisaje político holandés se presenta más fragmentado que nunca. El nuevo Parlamento podría pasar de 12 a 14 o 15 partidos. Esta fragmentación extrema que dificultará las negociaciones para formar coalición de gobierno. Es la única fórmula posible en Holanda desde los años setenta, aunque esta vez pueden hacer falta cuatro o cinco partidos. Europeísta o no, las negociaciones se prolongarán mucho más allá de la primavera.