“Ya es hora de hacer algo”
Unas 2.500 personas responden al llamamiento de la Generalitat para ser mentores de refugiados
Joana Ariet, Patrícia Soriano y Sílvia Reyes son tres amigas de 28 y 29 años que han respondido al llamamiento de la Generalitat para crear grupos de mentores dispuestos a acompañar a personas refugiadas. Las tres pasaron una entrevista el pasado jueves con una psicóloga que certificó su idoneidad para desempeñar esta tarea. Las imágenes de los miles de sirios, iraquíes, eritreos .... que huyen de sus países y se juegan la vida en el Mediterráneo para alcanzar Europa ha calado en la retina de las 2.500 personas que se han apuntando para ayudarles durante un año.
“Queremos romper la idea de que no se puede hacer nada, nosotras creemos que sí, sí se puede. Hacer de mentores significa aportar nuestro grano de arena”, apunta Joana, que trabaja en el área de comunicación y marketing de una empresa. Patrícia es química y Sílvia, educadora social en Creu Roja especializada en atender a personas sin techo y con experiencia en tareas de voluntariado con inmigrantes. De los 2.500 aspirantes a mentores, el 70% son mujeres y la franja de edad más numerosa es la que va de los 30 a los 40 años.
El Col.legi de Psicòlegs apoya esta iniciativa aportando dos profesionales que realizan las entrevistas. “Nuestro objetivo es descartar a los candidatos que no encajan en el perfil, aquellos que no están preparados para asistir a personas en situaciones muy complejas. No todo el mundo está capacitado para ayudar; además, deben tener claro cuáles son sus funciones, no son sus salvadores, deben limitarse a hacer acompañamiento”, subraya una de las psicólogas. En general, según apunta Maria Solà, técnica del Comité per a l’Acollida de Refugiats, “los ciudadanos que quieren ser mentores tienen experiencia, algunos han estado en campos de refugiados... Es gente formada y excepcional. Están impacientes por empezar, dicen que ya es hora de hacer alguna cosa”.
La fase de las entrevistas en la ciudad de Barcelona concluyó ayer con la selección de 600 mentores que próximamente iniciarán un programa de formación de seis semanas. Durante esta primera etapa se ha priorizado a los candidatos que se han presentado en grupos, de entre tres y cinco miembros, a cada uno de los cuales se les exige una dedicación de dos a cuatro horas semanales con los refugiados. Posteriormente se seleccionará a los voluntarios individuales y de otras ciudades de Catalunya.
Los mentores acompañarán a partir de junio o julio a los entre 100 y 150 refugiados que hayan agotado el programa estatal de acogida, pero que todavía no hayan conseguido la plena autonomía. El Departament de Treball, Afers Socials i Famílies establece que los solicitantes de asilo que sumen más de un año empadronados en Catalunya y que tengan ingresos inferiores a la renta mí- nima de inserción, que oscila entre los 400 y los 655 euros en función del número de integrantes de una familia, pueden optar a una prestación económica de hasta 600 euros. A cambio deberán mejorar su nivel de catalán y castellano, seguir un programa de actividades encaminado a conseguir la inserción laboral y relacionarse con la comunidad.
El papel de los mentores es crucial para que puedan alcanzar estos objetivos.
“Después de la formación realizaremos los emparejamientos entre los grupos de mentores y los refugiados teniendo en cuenta sus perfiles y si tienen intereses comunes. Es importante que los ayuden con la lengua, en las gestiones para formarse y buscar un empleo, en la socialización y en las relaciones con el entorno... Actuarán como sus puntos de referencia para que se empoderen”, concreta Solà.
Las psicólogas que durante dos semanas han entrevistado a los aspirantes insisten en que el papel del mentor es acompañar para fomentar la integración y sugieren que no debe irse más allá. “Una candidata me contaba que un asilado al que ya está ayudando no tiene casa y que ella se ha planteado acogerlo en la suya. Eso no debe hacerse nunca, primero hay que buscar qué recursos existen y sobre todo respetar su cultura, su ideología, su estilo de vida...”, comentaba una de las psicólogas.
Entre las personas que ejercerán de mentores hay desde familias enteras –padres, hijos y abuelos–, hasta compañeros de trabajo en un hospital –médico, enfermeras...–, castellers... También Attilio Marili, profesor de educación infantil en una guardería que ha conseguido formar un grupo con las madres de tres de sus alumnos.
Las últimas cifras facilitadas por la secretaría de Igualtat, Migracions i Ciutadania apuntan que actualmente 495 personas están siguiendo en Catalunya el programa estatal de acogida, de las cuales 417 residen en Barcelona; 40 en Girona; 22 en Tarragona, y 16 en Lleida. En el conjunto de España, hasta el momento sólo se ha autorizado la llegada de 1.140 del total de 17.337 refugiados que se comprometió recibir el Gobierno. El acuerdo establecía acoger a 15.888 personas procedentes de los campos de Grecia e Italia, y a cerca de 1.500 de los de Turquía y el Líbano.
La movilización de estos 2.500 mentores avala la agilidad de la sociedad civil ante la falta de diligencia de la administración.
Familias, compañeros de trabajo, profesores y padres, amigos de colla castellera... integran los grupos de voluntarios