“Podemos hacer música sacra más atrevida”
Bernat Vivancos, compositor catalán
El compositor catalán Bernat Vivancos ha sido uno de los invitados a intervenir en el congreso sobre música sacra que ha organizado en el Vaticano el Pontificio Consejo para la Cultura. Para cerrar el congreso, el sábado 4 de marzo papa Francisco recibió a los participantes. Allí Vivancos le entregó el CD de dos de sus obras. Lo Réquiem que salió el año pasado y que incluye un fragmento delEvangeliï Gaudium .Y In montibus sanctis, registrado con la Escolanía de Montserrat y que recoge obras hechas por la Escolanía durante los siete años que fue director. Dos obras contemporáneas de cariz religioso y espiritual. Además de la música contemporánea de Vivancos, en el congreso se presentaron diferentes tendencias musicales. Desde un monje de Taizé hasta una religiosa del Líbano que trabaja con folklore local y que también se ha adentrado en el rap o el rock. Para Vivancos ha sido “una decisión valiente y de justicia querer escuchar diferentes opiniones”. El congreso se ha hecho con colaboración del Pontificio Instituto de Música Sacra y del Ateneo Pontificio San Anselmo que actualmente dirige el monje de
Montserrat Jordi Agustí-Piqué.
¿Se hace bastante para que la música sacra llegue a la gente? No sé. El problema es que hay un sello muy particular sobre lo que es música sacra. No todo es gregoriano. La Iglesia es muy plural y a veces cuesta un poco avanzar. Lo que es relevante es que personalidades con gran cultura como el cardenal Gianfranco Ravasi lo ponga sobre la mesa desde el Pontificio Consejo. Se pueden hacer cosas nuevas y más atrevidas y eso no va contra el mensaje cristiano.
Siempre que sea buena música... La calidad es básica como lo es en la arquitectura de una iglesia. El papa Francisco se refirió en su discurso cuando pidió una “renovación” también cualitativa. Tenemos que creer lo que dice el Salmo: “Cantad al Señor un cántico nuevo”. Eso quiere decir no siempre hacer lo mismo y estar abierto a la novedad.
¿Qué es y qué no es música sacra? Dejémoslo para los teólogos. No empecé mi aportación hablante sino con la pieza Le cri des bergers, del disco Blanc, donde los cantantes sólo dicen “eo”. No tiene un texto religioso. Pero para mí es sagrado porque es el grito de los pastores que en Belén reciben la Buena Nueva y la van derramando. Eso se sagrado, aunque el texto no diga “Veníd y adoradlo”. Pero es cierto que su fuerza sería diferente si cantara en una misa de Navidad en la capilla Sixtina. Hay cosas que toman un relevo por el lugar y el momento.
¿Es una excepción la composición contemporánea de música sacra? No. Hay muchos compositores que trabajan con textos sagrados, tanto católicos como de otras tradiciones.
¿Qué tiene que hacer sentir la música sacra? Hay un aspecto que sobrepasa la música sacra que es la belleza, entendida como admiración. En la música sacra añadiría un grado: abrir el aspecto trascendente. Puede sonar pretencioso pero es nuestro trabajo como artistas. Es importante ofrecer al mundo de hoy esta posibilidad de apertura, la belleza y la espiritualidad. Como cristiano hago la música desde mi creencia porque me siento cómodo. Y que después de eso pueda beber o pueda interpelar a otra persona, creyente o no.
JORDI LLISTERRI BOIX