La libertad religiosa retrocede
El informe ‘Ayuda a la Iglesia necesitada’ concluye que el cristianismo es la religión más perseguida del planeta
Resulta evidente que sin libertad religiosa no hay una verdadera y plena libertad de la persona humana, y ocurre que todas las otras libertades se ven limitadas. En el último Informe de
Ayuda a la Iglesia necesitada sobre libertad religiosa y persecución de los cristianos y miembros de otras religiones, que abarca los dos últimos años, se documenta que una de cada tres personas vive en un país sin libertad religiosa y que, por lo tanto, la libertad religiosa en el mundo está en claro retroceso.
Este informe estudia el cumplimiento de este derecho humano fundamental en todos los países del mundo y para todos los credos religiosos. De los 196 países analizados, en 38 se producen graves violaciones contra la libertad religiosa, y en 23 de ellos se puede afirmar que hay una clara persecución y en 15 se sufre discriminación. La principal amenaza es el Islam extremista, ya que en estos dos últimos años, 1 de cada 5 países del mundo ha sufrido ataques islamistas radicales. Hay situaciones muy graves en Afganistán, Arabia Saudí, Corea del Norte, Irak, Nigeria, Siria y Somalia. Y no son los estados los principales violadores del derecho, sino el radicalismo islámico, que se podría denominar hiperextremismo islamista. Desde el 2014 estamos asistiendo a un nuevo fenómeno de violencia sin precedentes calificado como “hiperextremismo islamista”. Los efectos de este proceso en el Oriente Medio están provocando la eliminación de toda forma de diversidad religiosa, con la pretensión de imponer estados monoconfesionales en toda la región. Sin olvidar otros países e ideologías que siguen persiguiendo y discriminando.
Con respecto a la fe cristiana, el informe concluye que 1 de cada 6 cristianos en el mundo vive en países con persecución religiosa, cosa que convierte el Cristianismo en la religión más perseguida del planeta. Actualmente 334 millones de cristianos viven en países donde se les da la persecución y 60 millones en países con discriminación ideológica y religiosa. “Hay más mártires cristianos hoy que en los primeros siglos”, ha subrayado recientemente el papa Francisco, que a menudo ha denunciado al Daesh, el Estado Islámico, y que condena el concepto de matar en nombre de Dios. Podemos pensar en los cristianos decapitados en las playas de Libia, en aquel joven quemado vivo en el Pakistán por sus compañeros, porque era cristiano, en los emigrantes cristianos tirados en alta mar por otros emigrantes que los odiaban por ser cristianos, y en tantos otros inocentes perseguidos... “Y muchos que no sabemos –dice el Papa– que sufren en las prisiones porque son cristianos. Hoy la Iglesia es la Iglesia de los mártires; ellos sufren, dan la vida, y nosotros recibimos la bendición de Dios por su testimonio... Son los mártires escondidos, los hombres y mujeres fieles a la voz del Espíritu, que hacen camino, que buscan caminos nuevos para ayudar a los hermanos a amar mejor a Dios y sobre los cuales caen sospechas, son calumniados, perseguidos por tantos ‘sanedrines modernos’ que se creen amos de la verdad: tantos mártires ocultos que para ser fieles a sus familias sufren tanto. ¡Nuestra Iglesia es una Iglesia de mártires!”. La promesa de Jesús sostiene la fe de los cristianos: “No tengáis miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Todo aquel que me confiese ante los hombres, también yo lo confesaré ante mi Padre del cielo” (Mt 10,28.32).