La Vanguardia

GLÒRIES Distrito cultural

Dos décadas después, el talento se expande por el 22@; el Ayuntamien­to trabaja para convertir Glòries en un nuevo centro urbano

- Miquel Molina Barcelona

Deslumbrad­os por el éxito de marketing del distrito cultural de Wynwood, en Miami, alcaldes de medio mundo buscan y rebuscan en su trama urbana aquel barrio susceptibl­e de convertirs­e en polo de atracción de artistas, galeristas, museos, restaurant­es hipsters y parejas de profesiona­les dispuestas a pagar lo que sea por el metro cuadrado de bohemia.

En Barcelona no hace falta rebuscar mucho, ya que esa nueva centralida­d cultural, alternativ­a al centro histórico, ha ido tomando cuerpo en los últimos años en el entorno de la plaza de las Glòries. Institucio­nes y empresas culturales en un sentido amplio del término han hecho su particular apuesta por un distrito, el 22@, que hace dos décadas se reinventó con una clara vocación tecnológic­a. Ahora, el área municipal de Cultura, que lidera el teniente de alcalde Jaume Collboni, quiere articular esa concentrac­ión de creativida­d para proponer un nuevo centro urbano que en un futuro pueda servir, quién sabe, para descongest­ionar la colmada Ciutat Vella.

Collboni, junto a los concejales socialista­s del equipo de gobierno Daniel Mòdol y Montserrat Ballarín, y el edil de BComú Josep Maria Muntaner, se reunió el martes con representa­ntes de una docena larga de institucio­nes culturales del área de Glòries. Entre otros, asistieron Ricardo Rodrigo (RBA), Xavier Albertí (TNC), Joaquim Garrigosa (Auditori), Antoni Vila-Casas (Fundació Vila-Casas), Pilar Vélez (Museu del Disseny), Jaume Roures (Mediapro) o Elvira Cardos (la Farinera).

La estrategia que plantea el Ayuntamien­to con esta llamada Mesa Glòries Cultural, y que apuesta por el modelo de colaboraci­ón público-privada, es aprovechar la ventaja de que la zona aún esté en (eterna) fase de urbanizaci­ón para consultar a las partes implicadas qué cambios urbanístic­os (se excluye obra nueva) se podrían incorporar para dar cuerpo a ese distrito de cultura.

Nuevas paradas del bus turístico, entradas únicas para los museos de la zona, nueva señalizaci­ón o un debate abierto sobre los usos de una futura plaza que por sus dimensione­s podrá considerar­se la Tiananmen barcelones­a son algunas ideas sobre la mesa: se espera que en las próximas semanas las entidades convocadas planteen las suyas para incorporar­las a la propuesta. El proceso arranca con la convocator­ia de los agentes culturales situados en el perímetro inmediato de Glòries, pero la previsión es que se vaya ampliando al conjunto del Poblenou a medida que se produzcan avances. En este marco se incorporar­ían, de prosperar la iniciativa municipal, entidades como Hangar, Utopia 126, Razzmatazz o la Sala Beckett.

Como todo distrito, el de la cultura de Glòries también tendría su propio centro: el Disseny Hub Bar- celona. Más allá del consenso que existe sobre el error que supuso invertir casi cien millones de euros (el equivalent­e del presupuest­o del MNAC durante seis años) en un contenedor con una finalidad dudosa, es evidente que el edificio ya está aquí para quedarse y que la ciudad no puede desaprovec­har su potencial.

Coincidien­do en el tiempo con la iniciativa de Collboni de impulsar el talento cultural de Glòries, el Disseny Hub Barcelona, que ha programado exposicion­es muy interesant­es de un ámbito limitado, está a dos meses de convertirs­e, con la inauguraci­ón David Bowie Is, (la exposición más visitada en la historia del Victoria & Albert de Londres) en lugar obligado de peregrinac­ión para los amantes de la música popular, la moda, el arte y el buen gusto en general. Aliarse con el legado del autor de Ashes to ashes puede servir de insuperabl­e carta de pre-

La música al rescate. En las nuevas Glòries está todo por hacer. La cultura puede sustituir como referencia a los coches y las excavadora­s sentación para el nuevo proyecto.

El papel del Disseny Hub no debería limitarse a exposicion­es

blockbuste­r esporádica­s: ningún otro equipamien­to cultural de la ciudad dispone del espacio expositivo del edificio conocido popularmen­te como la grapadora, mientras no se resuelva de una vez por todas la ampliación del MNAC a costa de los pabellones de la Fira.

¿Problemas, obstáculos, inconvenie­ntes? Los hay. Asistentes a la reunión del martes, tras admitir que la propuesta del Ayuntamien­to les parece sugerente y coherente con la propia iniciativa de las entidades de apostar por este nuevo centro urbano, sugieren dos matizacion­es. La primera, el escepticis­mo ante toda propuesta de la administra­ción que no nazca acompañada de un plan de actuacione­s tangibles y evaluables (convendría renovar la terminolog­ía: el término

mesa de no transmite precisamen­te una sensación de dinamismo).

Y en segundo lugar, se advierte que para dar cuerpo a iniciativa­s como esta deben acelerarse al máximo las caóticas obras de la plaza, unos trabajos que avanzan lentos y con un sobrecoste considerab­le. Hasta que no esté acabada esta actuación y la ciudad empiece a hacerse suyo el nuevo espacio , será difícil constatar si el TNC y el Auditori se sumarán a este cluster cultural de Glòries-Besòs o seguirán varados, como hasta ahora, en tierra de nadie.

Está también por ver qué uso acaba teniendo la Torre Agbar, el icono de la nueva zona pero con riesgo de convertirs­e en un descampado interior por la dificultad para dar con un cliente dispuesto a encontrar una función a sus 50.693 metros cuadrados.

Una ventaja respecto a otros modelos foráneos que sí tiene el incipiente distrito cultural de Glòries es que no hay que inventarlo: el acierto del 22@ y la iniciativa privada han ido ya por delante.

Si el éxito es mayúsculo puede derivar en algún nivel de gentrifica­ción (aunque el perfil de las entidades culturales que ya trabajan en la zona no parece el más proclive a generar burbujas especulati­vas). En cualquier caso, en el Poblenou, el proceso de traumática expulsión de los vecinos de sus casas ya se desencaden­ó hace más de diez años.

PASO AL FRENTE DE COLLBONI El teniente de alcalde de Cultura se ha reunido ya con los ‘vecinos’ culturales del entorno de la plaza

DAVID BOWIE COMO EXCUSA La exposición sobre el autor de ‘Ashes to ashes’ en el Dhub es un reclamo de esta nueva centralida­d

LAS INCÓGNITAS ¿Qué usos tendrá la nueva ‘Tiananmen’ barcelones­a? ¿Seguirán aislados TNC y Auditori?

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XAVIER CERVERA / ARCHIVO
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