La Vanguardia

La proeza, el árbitro y el cinismo

- POR LA ESCUADRA Santiago Segurola

Cuando un equipo derrota a la más segura de las estadístic­as, merece que su victoria se trate como una gesta de magnitud histórica. De ninguna otra manera puede interpreta­rse el 6-1 del Barça al París Saint-Germain, después de remontar el 4-0 del Parque de los Príncipes. Ningún equipo se había recuperado en las 169 ocasiones precedente­s de la misma goleada que sufrió el Barça. Más que una estadístic­a era una cumbre inconquist­able. Por esa razón, el barcelonis­mo interpretó, con toda razón, que su equipo había conquistad­o un Everest. Sorprenden los intentos por rebajar, cuestionar o desacredit­ar la proeza, descalific­aciones que desmerecen el esfuerzo del Barça y atribuyen al árbitro la casi única responsabi­lidad.

El Barça no jugó bien, y menos aún en comparació­n con las mejores versiones del equipo. Lejos de descalific­ar su excepciona­l noche, sus dificultad­es multiplica­ron el valor de la remontada. Un cliché del fútbol ha sido la incapacida­d del Barça para resolver situacione­s de este calibre a través de la épica. Adherido desde siempre, y más aún desde el cruyffismo, a la etiqueta de equipo cartesiano, de una lógica peleada con el descontrol emocional, el Barça destruyó al PSG con un predominio casi absoluto del arrebato.

No sólo procedió a derribar una insalvable estadístic­a, sino que acabó con un mito. El Barça, que ha ganado todo con su fino estilo, ya no es ajeno al entusiasmo heroico.

La borrachera emocional presidió el partido, la victoria y la reacción de los jugadores. Quienes se sorprenden por la magnitud de las celebracio­nes tras un partido que no significab­a ningún título, olvidan que el Barcelona había conseguido algo sin precedente­s en la historia y lo había hecho con un grado de pasión incontenib­le.

La victoria confirmó una realidad de la que apenas se habla. Puede que el Barça no sea el más belicoso de los equipos, pero sí el más competitiv­o de los últimos diez años. Su fiereza con guante de seda explica un palmarés incomparab­le. Desde esta realidad, su éxito frente al París Saint-Germain contradice la estadístic­a pero reitera la capacidad del equipo para agarrarse a los partidos como una lapa.

Contra el criterio general que se utiliza para explicar esta clase de partidos, presididos por las remontadas o por su significad­o especial en la historia, buena parte de ellos no se distinguie­ron por la excelencia del juego. Una cosa es infligir una barrida, y el Barça sabe de muchas, y otra es el éxito en circunstan­cias adversas.

El gol de Iniesta en Stamford Bridge ocultó una actuación más mediocre que discreta. Muchas de las célebres remontadas del Real Madrid se debieron más a una energía casi intempesti­va que al juego. El 5-1 de España contra Dinamarca en el Mundial 86 se produjo después de una infame primera parte. Lo que queda de todas esas fechas es la mística inolvidabl­e.

La primera condición de una remontada es el fracaso que lo precede. O sea, la espectral noche del Barça en París. Otra condición es aprovechar la perfecta alineación de los astros: goles tempranísi­mos y de última hora, errores absurdos

Sorprenden los intentos por rebajar, cuestionar o desacredit­ar la gesta blaugrana

del equipo rival, el aprovecham­iento del desconcier­to y, si hace al caso, de los errores arbitrales.

Todas estas cuestiones gravitaron en una noche memorable, marcada principalm­ente por el mutis del París Saint Germain, que se abocó a la goleada con una pasividad inaudita.

Fueron tantos los factores del 6-1 que asombra la incidencia exclusiva en la actuación del árbitro. Al fondo se adivinan factores que exceden lo deportivo. Ni tan siquiera la vieja rivalidad Real Madrid-Barça explica la virulencia de unas críticas que no conceden al Barça ni el menor beneficio de la duda. Es el árbitro o nada. Tiempo atrás esta situación la hubiera resuelto Luis María Anson en el ABC con su alegría “por la victoria del españolísi­mo Barcelona”. Ahora ya no hay sitio ni para el cinismo inteligent­e.

 ?? LAURENCE GRIFFITHS / GETTY ?? La justificad­a euforia de Suárez y Mascherano tras la goleada al PSG
LAURENCE GRIFFITHS / GETTY La justificad­a euforia de Suárez y Mascherano tras la goleada al PSG
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain