La lenta transición del diésel
Los motores diésel acabarán desapareciendo porque la presión regulatoria será tan fuerte que los hará demasiado caros. La desaparición de los motores que funcionan con gasóleo se producirá al tiempo que crecen los eléctricos. Esa es una de las previsiones que ofreció esta semana el presidente de Seat Luca de Meo en Ginebra. En su opinión, con el cambio legislativo del 2020 y posteriormente el del 2025, se reducirán paulatinamente las ventas de coches diésel. El escándalo de los motores trucados del grupo Volkswagen de hace dos años fue la puntilla a un producto altamente contaminante y que algunos estudios lo hacen responsable de problemas medioambientales y de salud pública. Además, las nuevas normativas sobre circulación de vehículos en las grandes ciudades harán que estos motores sean cada vez más inviables. El conjunto del sector está llevando a cabo cuantiosas inversiones para poner a punto esa nueva tecnología eléctrica. Seat –en palabras de su presidente– quiere aprovechar los desarrollos que lleva a cabo el conjunto del grupo Volkswagen para electrificar su flota. Porsche, que es la segunda marca que más contribuye a los beneficios globales de Volkswagen, destina 1.000 millones de euros a la producción de su primer coche eléctrico, Mission E. Por su parte, Lexus, del grupo Toyota, presentó en Ginebra un nuevo coche (el LS 500h) para competir directamente con los Mercedes y con Tesla. Precisamente, la marca estadounidense pionera en el coche eléctrico fue una de las grandes ausentes del certamen en la ciudad suiza.