El Síndic exige agrupar los pisos turísticos en bloques
El defensor de los ciudadanos pide que las administraciones prioricen un derecho hoy casi olvidado: el derecho al descanso
El Síndic de Greuges de Catalunya, Rafael Ribó, defiende que los pisos turísticos se agrupen en bloques para minimizar las molestias que ocasionan sus inquilinos, ya que la buena vecindad con el resto de residentes “es muy difícil, cuando no imposible”. El defensor de los ciudadanos, que presentó ayer el informe El derecho a la convivencia, exige una ley que reconozca el “impacto ambiental” de estos alojamientos.
Las quejas contra los pisos turísticos se han disparado en el último año, asegura la Sindicatura. Mientras la reforma legal llega, esta institución aconseja que sea obligatorio que las nuevas licencias obtengan previamente la autorización de las comunidades de propietarios. Este es sólo uno de los aspectos del documento, que rema en la misma dirección que otros informes recientes, como el de la Síndica de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, que viene a ser a la capital catalana y al Ayuntamiento de Barcelona lo que Ribó a Catalunya y a la Generalitat.
El Sindic de Greuges se sumó ayer a la propuesta de Vilà para que las bicicletas no circulen por las aceras y tengan seguro y matrícula “o algún tipo de registro”. Esta sugerencia de su homóloga de Barcelona, planteada a raíz de una amplia radiografía sobre las dos ruedas, ocasionó un alud de críticas entre integristas de la bicicleta y fue desestimada por la concejal de Movilidad del AyunSi tamiento, Mercedes Vidal, que descartó la necesidad de la placa de identificación y aseguró que los seguros del hogar de muchos ciclistas ya cubren los accidentes de las bicis. Un segundo organismo independiente, no obstante, insiste ahora en la demanda.
Los historiadores se ven obligados a reconstruir amplias épocas de la Roma imperial con escasos fragmentos de discursos o con los textos incompletos que han llegado hasta nuestros días. los arqueólogos de un futuro inmensamente lejano tienen que reconstruir el pasado urbano de Catalunya con El derecho a la convivencia, la imagen que se formarán será demoledora. Una jungla de asfalto ruidosa, inhóspita y agresiva con los viandantes, más pensada para las máquinas que para las personas, donde los coches ocupan más del 50% del área de las ciudades y no se garantiza el descanso de sus habitantes ....
Así se podría resumir el dictamen del Síndic, que reclama la recuperación de una norma básica: “El derecho de los ciudadanos a la ciudad, a vivir y convivir en un espacio público en el que quepan todos los usos, pero cuyo eje central sean las personas”. Ninguna política pública, agregó, debe prevalecer sobre el derecho al descanso. La contaminación ambiental –y en especial, la contaminación acústica– erosiona este derecho. Ribó se mostró muy crítico con los horarios de las terrazas, y recordó que este no es un problema que afecte sólo a Barcelona. Todos los municipios deberían ponerse las pilas para “regular el derecho al descanso y la racionalización del uso del espacio público y de las actividades molestas”. El defensor denunció que algunas ordenanzas municipales permitan que los horarios de los veladores se alarguen “hasta las 2 o las 3 de la madrugada”.
El informe también lamenta malas prácticas ya rutinarias y actividades que parecen olvidarse de las personas, como los horarios de las obras y de la recogida de la basura o los motores en marcha de los autobuses en las paradas de inicio y final de las líneas. El lector deberá decidir si El
derecho al descanso (accesible en la web sindic.cat) dibuja una realidad apocalíptica o integrada, pero Rafael Ribó reivindica algo simple y revolucionario a la vez: “Las personas ante todo”.
Rafael Ribó pide que las nuevas licencias reciban previamente la luz verde del resto de vecinos de la finca