Padre, hijo y recortada
Los Mossos detienen a dos miembros de una familia especializados en atracar gasolineras con violencia
Una de las ventajas de estar sentada en la redacción de este diario entre los periodistas Domingo Marchena y Santiago Tarín es tener siempre a mano la mejor enciclopedia delincuencial de la historia de la Barcelona negra. ¿Recordáis algún padre e hijo que atracaran juntos?
Gregorio y su hijo Antonio, de 68 y 38 años, ingresaron el 11 de marzo en prisión acusados de atracar en un mes y medio cuatro gasolineras y conseguir un botín de 3.000 euros. En dos asaltos, el hijo disparó contra las estanterías con la escopeta recortada con la que amenazó a todas sus víctimas. Fueron disparos intimidatorios, pero el último lo hizo a tan poca distancia de la trabajadora que la mujer ha perdido audición por culpa del estruendo.
El primer atracó ocurrió el 31 de enero en una gasolinera de carretera en el término de Sant Martí Sarroca, en el Alt Penedès. Un joven llegó en moto. Con el rostro oculto bajo un pasamontañas con los orificios cortados por él mismo para ver. No se quitó el casco. De una mochila tricolor sacó una escopeta recortada. Apuntó con su arma directamente a la cabeza del empleado y, mediante gritos y amenazas, exigió el dinero. Fue el mayor botín de los cuatro asaltos. Se llevó cerca 1.500 euros.
Días después, el 11 de febrero, se produjo otro asalto violento en una gasolinera, esta vez en Pacs del Penedès. Se trataba del mismo individuo. Llegó en una moto robada que esta vez abandonó en la estación de servicio porque se le averió al tratar de huir. Se ocultó bajo el mismo pasamontañas agujereado y uso el mismo casco con un gran número uno en un lateral. Amenazó con la misma escopeta recortada, pero esta vez efectuó un disparo al aire.
Ante la gravedad de los hechos, la unidad territorial de investigación de la región policial metropolitana sur asumió el caso, que trabajó con la unidad de investigación de Vilafranca del Penedès. “Lo primero que hicimos fue consultar nuestros archivos”, explica el sargento de los Mossos d’Esquadra Òscar Durán. El tercer asalto fue el 25 de febrero en una gasolinera de Olesa de Montserrat y aún se produciría un cuarto, el 5 de marzo, en una estación de Bellvei, en la que el atracador hizo un disparo que perforó el tímpano de la trabajadora.
Los investigadores descubrieron que hacía siete años un padre y un hijo asaltaron la misma gasolinera de Sant Martí Sarroca. Los buscaron. Habían pasado los últimos años entrando y saliendo de prisión. Antonio tenía 55 antecedentes y Gregorio 19.
Padre e hijo utilizaron siempre el mismo patrón. Robaban una moto y Antonio aparecía solo en la gasolinera. Daba el palo y después abandonaba el vehículo de dos ruedas en el bosque. Su padre le recogía con una furgoneta y huían sin levantar sospechas. La última noticia que tenían de ambos fue una identificación en un control policial en el Baix Llobregat. Ambos viajaban en una furgoneta.
“La encontramos en Olesa”, apunta el sargento. Estaba estacionada. “Nos acercamos y vimos a través de la ventana el casco con el número uno en el lateral”, añade. Los Mossos ya tenían suficientes indicios para solicitar las detenciones. A Antonio le arrestaron al salir de una autoescuela de Martorell, donde estaba recuperando el carnet por puntos. Y a Gregorio, al salir del piso ocupado de una patada en la puerta en el que ambos vivían desde hacía poco más de un año. Los Mossos recuperaron el casco, el arma, la mochila tricolor y hasta la documentación que se llevaron de la última trabajadora.
¿Qué otros padres han atracado con sus hijos? Fue en diciembre de 1998. Damasa ya tenía 76 años cuando fue detenida con su hijo Gabriel, de 41, tras atracar un restaurante en Barcelona. El hombre robaba para lograr dinero con el que drogarse y la mujer le acompañaba para evitar que su hijo hiciera daño a nadie.