ETA anuncia su desarme total sin exigir nada a cambio
La banda entregará su arsenal el 8 de abril tras dejar la violencia en el 2011 Rajoy se reafirma en su decisión de negarse a un proceso acordado Urkullu saluda el gesto y pide “altura de miras” al líder del PP
Que se deshaga de las pistolas y que se disuelva. Este ha sido el clamor mayoritario de la sociedad vasca a ETA desde que en el 2011, en una decisión histórica, abandonó definitivamente la violencia. Ayer, de manera indirecta, la organización terrorista anunció que dará uno de estos dos pasos en las próximas semanas. El 8 de abril será ya un grupo desarmado. La decisión, unilateral y sin contraprestaciones políticas, fue saludada por el Gobierno del País Vasco, instituciones y partidos de esta comunidad.
El gesto etarra es fruto de la presión policial, que no ha cesado en los últimos cinco años, y de la actitud del Gobierno a la hora de negarse a un proceso acordado para entregar e inutilizar el armamento, escondido en bosques y casas particulares, la mayor parte de él en territorio francés. El mensaje del PP ha sido siempre el mismo: quien tiene los explosivos y las pistolas sólo tiene que decir dónde están almacenados. Ayer, una entrevista al activista medioambiental Jean-Noël Txetx Etcheverry en el diario Le Monde sirvió para oficializar un paso que la clase política de Euskadi ya esperaba. “ETA nos ha confiado la responsabilidad del desarme de su arsenal y, la tarde del 8 de abril, estará totalmente desarmada”. ¿A quién se refiere este plural que usa Etcheverry? A personalidades conocidas de la sociedad civil del País Vasco francés que han decidido implicarse en la operación. Él mismo fue arrestado en diciembre pasado cerca de Bayona en una operación policial contra un grupo de ciudadanos que se proponían filmar el sellado de una parte de los explosivos. Eran diez cajas que suponían el 15% de lo que se calcula que está en manos de los terroristas.
La detención de las cinco personas, que quedaron posteriormente en libertad, generó una amplia movilización social, a un lado y otro de la frontera, que volvió a poner esta cuestión en medio de la agenda. Hasta entonces, se había consolidado una sensación de estancamiento. ETA ha rechazado sistemáticamente el plan que trazó el lehendakari Iñigo Urkullu en diciembre del 2014, que intentaba superar el bloqueo haciendo pivotar la entrega en la sociedad y las instituciones vascas. La organización terrorista acusó al PNV de querer sacar “rédito político” de un callejón sin salida. El camino que ahora ha escogido es otro, pero ayer Urkullu afirmó ayer que hará “todo lo que pueda para que llegue a buen puerto” y pidió a Mariano Rajoy –que hoy estará en Vitoria– “altura de miras”. Sin duda, este es uno de los temas que estará presente en el diálogo abierto entre nacionalistas y populares, en su nueva etapa de relaciones.
Según Etcheverry, en el proceso de los próximos días participarán centenares de personas de la llamada sociedad civil –gente más o menos vinculada al mundo de la iz-
quierda abertzale– y alcaldes de la región. Su función será el “desmantelamiento” del arsenal, la función que les encomendó la dirección de ETA en unas cartas cruzadas hechas públicas a finales de año. En declaraciones a Radio Euskadi, el militante ecologista precisó que eso no incluye el encargo de destruirlo. Quedan, por lo tanto, muchas dudas sobre el mecanismo que se seguirá para conseguir que los explosivos transiten de forma ordenada y segura hacia la legalidad.
En Le Monde, estos intermediarios reclaman garantías de que tendrán el camino libre para poder hacer, a partir de ahora, el trabajo. En una declaración de urgencia, el líder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, también pidió a los ejecutivos español y francés que “no pongan obstáculos a un acontecimiento histórico”. El miedo de estos sectores es que haya operativos policiales que frustren el calendario o, incluso, que dejen en papel mojado el compromiso unilateral de ETA. En octubre del año pasado, la colaboración de las fuerzas de seguridad de los dos estados golpeó con dureza a la banda, desmantelando un importante zulo cerca de París que, al parecer, se quería utilizar para escenificar un acto de entrega.
Las otras reivindicaciones pasan por asegurarse que el Gobierno galo recoja todo el material sellado y que se permita la presencia de observadores internacionales. Las fechas escogidas no son gratuitas: se quiere acelerar el proceso antes de las presidenciales francesas, ante la posibilidad probable de un cambio de color político. Las conversaciones, discretas, con París han existido, afirman estos sectores. Si la organización terrorista dejó las armas en las postrimerías de una etapa socialista en Madrid, ahora se dispone a dar otro paso decisivo cuando pasa lo mismo en París.
CAUSAS La decisión, unilateral e incondicional, es fruto de la fuerte presión policial TEMORES Los intermediarios piden garantías para sellar e inutilizar el armamento