Barcelona concentrará en mayo del 2018 varias consultas en una semana
Bastarán 15.000 firmas para proponer un referéndum en toda la ciudad y también habrá votaciones por distritos
El Ayuntamiento de Barcelona pondrá en marcha en mayo del 2018 una nueva experiencia de participación ciudadana que permitirá celebrar varias consultas populares en una semana. Con 15.000 firmas será posible proponer un referéndum y en los distritos dependerá de su población. En Ciutat Vella, por ejemplo, bastarán 3.000.
Mayo del 2018. Anoten la fecha. Si se cumplen las previsiones del gobierno municipal, Barcelona vivirá durante una semana entera la gran fiesta de la democracia (participativa). Durante seis o siete días seguidos, todas las personas mayores de 16 años empalas dronadas en la ciudad podrán intervenir, vía presencial o telemática, en las consultas convocadas por el pleno del Ayuntamiento a partir de las propuestas de los grupos políticos y de la ciudadanía en general.
En la semana multiconsultas, los barceloneses decidirán con su voto si prosperan o no iniciativas de ciudad y de distrito que, para llegar al pleno que ha de convocar estos referéndums locales, necesitarán el aval de un número poco exigente de firmas debidamente certificadas por unos órganos de nueva creación, una especie de juntas electorales municipales. Así, para promover una consulta en el ámbito de todo el municipio –siempre para asuntos de competencia del Ayuntamiento– bastará con presentar 15.000 firmas. En las consultas de distrito el mínimo de avales para plantear la votación variará en función de la población. Así, por ejemplo, en Les Corts, el distrito con menos residentes, se requerirán 2.400 firmas; en Ciutat Vella sólo harán falta 3.000 y en el territorio con más vecinos, el Eixample, el listón se elevará hasta 8.000. El resultado de las consultas no será vinculante –la legislación estatal así lo establece– pero, como su convocatoria deberá ser aprobada por el pleno, todos los grupos políticos tendrán que retratarse ante el electorado.
El Ayuntamiento fijará una especie de periodo de campaña –el mes antes de la semana multiconsulta– y enviará a todos los ciudadanos información sobre las propuestas y proyectos que se someterán a su consideración. La concejal de Participación, Gala Pin, sugirió que, para que el debate se haga en igualdad de condiciones, en definitiva para que las entidades más modestas puedan contrarrestar la fuerza de los grupos de presión con más recursos , se buscarán instrumentos de difusión de las posiciones que par-
ten en situación de inferioridad.
El procedimiento de las consultas es el elemento más atractivo del nuevo reglamento de Participación Ciudadana, que recoge parte del trabajo realizado durante el mandato del alcalde Xavier Trias y que anteayer fue aprobado inicialmente por la comisión de gobierno del Ayuntamiento. Ahora, esta propuesta, presentada ayer por la concejal Pin, por el teniente de alcalde de Derechos Civiles Jaume Asens y por el comisionado de Participación, Fernando Pindado, deberá superar la aprobación en la comisión de Presidencia, el periodo de exposición pública, los plenarios de distritos y la aprobación definitiva en el pleno municipal.
Este calendario impedirá que hasta dentro de quince meses los barceloneses sean llamados a las urnas. El propósito del gobierno de Ada Colau es concentrar todas las consultas de ciudad y de distrito en una semana del mes de mayo. Este año todavía no será posible, pero sí en el 2018. La intención es que esta práctica, inspirada en parte en las del estado de California y Suiza, se repita, como si de un estallido primaveral de participación política se tratara, cada mes de las flores, excepto en aquellos años en los que se celebren elecciones municipales, como en el 2019.
Hasta la fecha, Barcelona ha celebrado sólo una consulta ciudadana. Fue en el 2010, cuando las personas empadronadas en el municipio pudieron decidir sobre la reforma del tramo central de la Diagonal. Con una participación de 172.000 barceloneses fueron rechazadas las dos opciones que planteaban convertir la avenida en una bulevar con tranvía o en una rambla también con este medio de transporte. Precisamente, las normas de participación presentadas ayer abren la puerta a la posibilidad que la conexión del Trambaix y el Trambesòs por la Diagonal sea objeto de consulta. Eso, claro está, si el gobierno –que hasta ahora se ha cerrado en banda a un referéndum sobre esta cuestión– no acelera los trámites para aprobar, antes de que suene la campana de las consultas, el trazado del enlace y para comenzar la obra.
Para velar por las garantías de los procesos participativos se constituirán hasta cuatro comisiones distintas que, en algunos casos, harán las funciones similares a las de una junta electoral. Se trata de una comisión asesora (nueve personas de reconocido prestigio elegidos por el Consell de Ciutat a propuesta ciudadana y de la comisión de gobierno), una comisión de seguimiento de los procesos participativos, otra de seguimiento de las consultas ciudadanas y, por último, una cuarta de amparo.