El PNV, en el centro de la escena
El Partido Nacionalista Vasco está siendo en el interlocutor más fiable del Partido Popular en esta incierta legislatura. El PSOE también lo intenta, pero se le ha complicado la herida interna. Pedro Sánchez ha resucitado y podría ganar las primarias. Albert Rivera se siente menospreciado por Mariano Rajoy y no quiere aparecer como el chico de los cafés. Hay días que Ciudadanos se desmarca. En este contexto, el PNV es el más profesional de todos.
El jueves, los nacionalistas vascos fueron los únicos que apoyaron al Gobierno en el decreto de liberalización de la estiba portuaria. Unos días antes, el PP vasco había anunciado su disposición a negociar y apoyar los presupuestos de Euskadi, puesto que al Gobierno vasco (PNV-PSOE) le falta un voto en el Parlamento de Vitoria.
Se está intentando trenzar un acuerdo para los presupuestos generales del Estado del 2017. Peticiones del PNV: liquidación favorable del cupo, blindaje del concierto foral ante la Unión Europea y en el debate interno español, aceleración de la llegada del AVE al País Vasco, defensa de las acerías vascas en Europa ante el dumping de China, y la cuestión de los presos de ETA: acercamiento gradual a las cárceles vascas y posible transferencia de las competencias penitenciarias a la autonomía vasca. Los asuntos económicos son perfectamente negociables para el PP, pero Rajoy no quiere parecer blando ante la estela de ETA, por temor a su ala derecha. Quiere mantener cohesionado y movilizado al núcleo rocoso de su electorado ante una legislatura que nadie sabe cuánto durará.
El anuncio de un desarme unilateral de ETA antes del 8 de abril tiene impacto mediático e inyecta presión a la tabla reivindicativa del PNV. Está en juego la duración de la legislatura.
Enric Juliana