Una asociación une a padres con un drama común
Claman para que la Administración tome conciencia de sus infiernos
Unidos por un drama común, superados por el trastorno de sus hijos y enojados por el poco apoyo de una administración que consideran que les da la espalda. Montserrat Boix es la presidenta de la recien creada Asociación de Familiares Afectados por el Trastorno de Conducta (Afatac) con una carta de presentación que lo dice todo: “Representamos un colectivo de padres y madres desesperados (por desasistencia y frustración) con hijos que padecen trastornos graves provocados por diferentes patologías mentales”.
Hace sólo dos meses del nacimiento de la asociación y ya pasan de la treintena las familias apuntadas. Todas inmersas en infiernos idénticos al de Montserrat Boix. Quieren dejar muy claro que su principal preocupación, con sus reivindicaciones, es que pueda confundirse su mensaje y acaben pagando las personas que sufren enfermedades mentales. En este punto Montserrat Boix es muy clara: “Que nadie identifique enfermedad mental con violencia o agresividad. De lo que estamos hablando nosotros es de trastornos, de cambios de conducta de nuestros hijos, que sin una enfermedad mental definida acaban sumidos en una espiral de autodestrucción”.
Estas familias lo tendrían mucho más fácil si sus hijos tuviesen un diagnóstico. Pero no es así. Y ahí está el núcleo del problema. No encuentran en las diferentes administraciones ningún apoyo. Todo lo contrario. Respuestas comunes como “todo acabará cuando vuestro hijo acabe en la cárcel” es la solución que se les plantea de forma reiterada desde fuera. Es lo que han escuchado en más de una vez los padres de Joan cuando han pedido ayuda a la administración.
La asociación que preside Montserrat Boix plantea atacar el problema en su origen. Y considera que hay una serie de puntos clave. “Nunca hay que minimizar los daños que puede causar el consumo de cannabis a edades tempranas, hay que extremar los controles para detectar los primeros síntomas de trastorno mental en la escuela, la solución de la cárcel no nos vale, hay que cambiar la norma para que los tratamientos sean obligatorios aunque el paciente se niegue a la medicación...” Son algunas de las peticiones de estos padres incapaces de reconducir, sin ayuda externa, la situación. Esas familias han dado este paso para hacer visibles sus particulares dramas. “Hay muchas más familias que padecen esta situación, pero que viven el infierno en silencio”, afirma Montserrat.
Entre los socios de Afatac se cuentan los padres del joven de 19 años detenido esta semana en Berga acusado de agredir a una pareja de gais por darse un beso en la calle. El juez determinará si se trata de un caso de homofobia, pero la familia del arrestado, que ha pedido perdón, alertó hace ya meses de que no podían controlar la conducta de su hijo. Por eso considera que el caso es un capítulo más de la deriva agresiva del joven.