La prueba del algodón
El Espanyol mide en Ipurua sus ambiciones y capacidades
Puede ser un equipo burdo, de poco fútbol y demasiado voluntarismo, una rareza en lo deportivo y en lo social, un recién llegado a la pretendida mejor Liga del mundo... pero que juega para ganarse una plaza europea sólo dos campañas después de haber conseguido su primer ascenso a la élite. Contra ese empuje y esa capacidad competitiva del Eibar se las ve hoy un Espanyol que también quiere mirar hacia arriba y que tiene en su visita de hoy a Ipurua la mejor reválida para medir su ambición y capacidad de luchar por una plaza europea en la recta final de Liga.
“A todos los rivales los considero directos, porque ante todos nos jugamos tres puntos y sólo si los ganamos alcanzaremos nuestros objetivos y podremos pensar en algo más –consideró ayer al respecto Quique Sánchez Flores–. En realidad luchamos contra nosotros mismos, contra la ambición que podamos tener en este final de temporada”.
El técnico españolista, sin embargo, no dejó de elogiar la facilidad de su rival de hoy para competir y situarse en la zona noble de la tabla. “Siempre tienes que estar alerta porque no hay ningún equipo en Primera que no te pueda hacer daño, pero el Eibar es de esos que no tardan nada y no necesitan nada para hacértelo –reflexionó–. Saben golpear y no necesitan demasiado para llegar a su fútbol, porque el suyo es un fútbol muy claro, directo, diáfano. Lo puedes leer, pero es difícil detenerlo. Así que lo que debemos hacer es llegar a la portería contraria y evitar que se juegue cerca de la nuestra. No queremos dedicarnos sólo a defender balones laterales al área”.
Para Sánchez Flores, el rival al que el Espanyol visitará este mediodía es el mejor ejemplo de un equipo con intensidad y empuje, sobre todo si juega en un campo pequeño que también aprieta. “La frecuencia cardíaca de los equipos no es la misma, y éste es un equipo que empieza muy fuerte y que te exige durante todo el partido, y en su campo, por sus características, juega especialmente cómodo –prosiguió–. Tiene un mérito terrible y no puede ser casualidad”.
A estas dificultades que pondrá el rival, el Espanyol suma dos bajas notables: la de Piatti por sanción y la de José Antonio Reyes, aquejado de molestias en la rodilla izquierda. Sin embargo, Víctor Sánchez volvió a la convocatoria más de dos meses después, aunque como él mismo dijo durante la semana y ayer ratificó el míster no estará para jugar 90 minutos. “Jugadores con las cualidades de Piatti no nos sobran y con sus números más bien nos faltan –dijo al respecto Sánchez Flores–. No es fácil sustituirlo, pero hay jugadores que están a un buen nivel. Y Víctor vuelve por fin, pero no está para jugar todo el partido”.
Quique quiso mirar ayer más allá del partido de este mediodía. Hacia esos diez últimos encuentros de Liga que, tras el parón de selecciones, marcarán el futuro de su proyecto. La buena noticia es que el Espanyol espera recuperar todos sus efectivos; la mala que, tras el paréntesis, volverá a jugar un viernes, probablemente sin internacionales. “Este es un momento de la temporada en que te apetece mucho ir a por cada partido, sin ansiedad y con ambición. Tenemos un grupo magnífico que merece que en este final dispongamos de una multitud de jugadores que quieran jugar. Los viernes son incómodos de por sí y más cuando se viene de parón, tenemos cuatro internacionales que vendrán el día antes. Pero queda mucho para eso”, zanjó.
EL RETO, SEGÚN SÁNCHEZ FLORES “En realidad luchamos contra nosotros mismos, contra nuestra propia ambición” EL RIVAL “El Eibar no necesita nada para llegar a su fútbol, porque es claro y directo, pero te sabe golpear”