La desilusión de siempre
El Barça mejoró una pizca su imagen después de un segundo cuarto ridículo
Algo sucedió en el vestuario del Volkswagen Arena y es lógico que así sea. Porque lo que se había pasado en el segundo cuarto del partido contra el Darussafaka había superado incluso el ridículo visto en demasiados partidos anteriores de esta Euroliga. Y es que después de diez minutos de mal juego por parte de los dos conjuntos, los blaugrana encajaron un sonrojante parcial de 32-9 en una fase para el olvido en la que en la pista había cinco jugadores que en nada se parecían a un equipo. Al nulo acierto en ataque se unió una defensa inexistente en un bloque que, de nuevo, adoleció de carácter, de dignidad. Ni siquiera nadie luchaba. O al menos gritaba en señal de orgullo. Nada. Encefalograma plano. No es que el Barcelona se jugara algo ayer en Estambul, porque a pesar de que las matemáticas se empeñan en decirlo, sus posibilidades de acceder al playoff de cuartos son prácticamente nulas desde hace mucho tiempo. Ahora, incluso tras el resultado de ayer, las tiene porque el Anadolu Efes está a cuatro triunfos con otras tantas jornadas por delante. Y el average
favorece a los barcelonistas. Pero al menos, después del descanso, los jugadores del Barça Lassa levantaron la cabeza y con el acierto de un Perperoglou al alza en los últimos compromisos se acercaron a un adversario que antes les había barrido, les había sacado literalmente de la pista.
La reacción se quedó sin recompensa porque es imposible vencer en esta Euroliga anotando sólo 56 puntos –su segunda peor anotación como visitante tras los 52 ante el Olympiacos–, fruto de los pésimos porcentajes de tiro (38,2% canastas, 28% triples y 60% tiros libres). Pero del 43-22 se pasó al 54-47 ya en el último cuarto, un marcador que daba opciones a 7m45s del final. Pero 3m21s sin anotar hipotecaron cualquier oportunidad de culminar la remontada en un Barça incapaz de superar el nerviosismo que arrastra desde el mes de noviembre cuando, después de un buen inicio de temporada pese a las lesiones, todo se torció.
“Fallamos muchas canastas fáciles y tuvimos fallos. Hay que jugar mucho mejor para ganar este tipo de partidos”, explicó Bartzokas después del partido. Cierto. Pero el griego no encuentra la fórmula para que su equipo sea regular. Hizo un buen partido en Madrid el pasado domingo, pero ayer tuvo otra vez una actuación totalmente decepcionante. El entrenador apostó por dar muchos minutos al bloque titular (Rice, Oleson, Perperoglou, Claver y Tomic), pero la buena salida (4-11) no tuvo continuidad por culpa de esos minutos lamentables en los que destacó la labor de Clyburn (15 puntos al final) y Zizic (10 p, 13 r), que salió vencedor del duelo croata ante Tomic. Los 9 puntos de Perperoglou dieron vida a los azulgrana ante un rival sin rumbo, muy asequible si el Barça estuviera a un nivel lógico. Pero no lo está.
El Darussafaka solucionó buena parte de sus problemas con el rebote ofensivo (12) y el desconcierto del trío arbitral, que, por ejemplo, no vio una falta muy clara de Clyburn a Claver que hubiera acercado a los visitantes hasta el 63-56. Luego, Wilbekin acertó y todas las esperanzas catalanas se esfumaron.
EL INADMISIBLE 32-9
Los azulgrana encajaron un tremendo parcial en un segundo cuarto que no tiene ninguna justificación