Muere Salvador Gabarró, presidente de honor de Gas Natural, a los 81 años
Dirigió el grupo Roca 25 años y propulsó la gasista en su gran salto internacional
En el ya muy lejano año 2000, Salvador Gabarró Serra –nacido en Sant Guim de Freixenet (Segarra) en 1935, y fallecido ayer en Barcelona tras una dura enfermedad– pudo haber seguido los pasos que anhelan tantos trabajadores y directivos cuando alcanzan los 65 años: retirarse y disfrutar de una merecida jubilación, dedicarse a la familia, a viajar, a los amigos, a la cultura o a los placeres de la vida. Pero Gabarró, que por aquel entonces se disponía a cerrar una brillante carrera como gerente de la empresa de su vida, Roca Radiadores –compañía familiar que años después sería rebautizada como Roca–, no tenía pensado nada parecido al retiro.
Al contrario. Concluyó la etapa iniciada en 1969 en el fabricante de sanitarios de la familia Roca, al que situó como uno de los líderes mundiales del sector, y empezó, con la ilusión de un chaval y su sonrisa de siempre, una nueva fase de su vida profesional como consejero y directivo de diversas empresas y entidades de la sociedad civil catalana. En especial, del entorno de La Caixa, que vio en él a un buen directivo, con alma, capaz de representarle en algunos de los consejos de administración de sus múltiples sociedades participadas.
De hecho, Gabarró ya formaba parte del consejo de Inmobiliaria Colonial desde finales de los noventa, y enseguida, en el 2003, se incorporó al máximo órgano de gobierno de la entidad de ahorros. Sólo un año después, ya había convencido de su valía a todo el mundo y cuando Antoni Brufau dejó la presidencia de Gas Natural para marcharse a gobernar Repsol, Gabarró fue nombrado presidente de la gasista. No tenía experiencia en el sector, pero aprendió muy rápido. Tomó los mandos de la compañía con casi 70 años y demostró muy pronto que no se iba a conformar con administrar el legado recibido, presumir o figurar. Su nombramiento no tenía nada que ver ni con las puertas giratorias ni con los condía tactos, que los tenía, o un pedigrí especial, sino con el trabajo, la visión estratégica y un modelo de gestión que funcionaba y en el que la persona estaba en el centro de la organización.
Con la perspectiva de los años transcurridos, el trabajo de Gabarró brilla más. Adquiere valor. La burbuja crediticia que derivó en la gran recesión estaba entonces en su esplendor y afectaba también al mundo de la energía, que apuntaba a la expansión internacional, para competir con rivales cada vez más fuertes, y a la concentración vertical. Gas Natural no podía estar al margen de este proceso y eso llevó a Gabarró a protagonizar en primera línea y con una implicación absoluta el intento de compra de Endesa a mediados de la pasada década. Fue una operación osada, ambiciosa y no pactada que sentó mal a un Gobierno, el del PP de José María Aznar, que predicaba su condición de liberal y que demostró no serlo tanto...
Gas Natural lanzó una oferta pública de adquisición (opa) que le hubiera convertido en un gigante en España y en todo el mundo. Sin embargo, la compraventa fracasó por la oposición del consejo de la eléctrica que presi- entonces Manuel Pizarro y también del Ejecutivo del PP. “Antes alemana que catalana”, se dijo en aquellos momentos, en una frase desafortunada que resume en parte lo ocurrido. Al final, además, Endesa no fue una cosa ni la otra y se la acabó quedando la italiana Enel, con la consiguiente pérdida de poder de decisión para el país. Tras un año de lucha contra los elementos y de una dura batalla en los tribunales, Gas Natural tiró la toalla, pero Gabarró no se rindió en su propósito de convertir a la gasista en una empresa energética multiservicios. Dos años después compraría Unión Fenosa.
La compra de la eléctrica gallega ha marcado el desarrollo de Gas Natural durante el largo mandato de Gabarró en Gas Natural, que concluyó el año pasado cuando cedió su puesto a Isidro Fainé tras la salida de este de CaixaBank para recalar en la Fundació Bancaria La Caixa. La compañía dio un gran salto internacional y pasó de operar en diez países a hacerlo en treinta. Durante la presidencia de este directivo, el beneficio del grupo más que se duplicó al pasar de los 642 millones en el 2004 a los 1.502 millones en el 2015, el último año completo de Gabarró al frente de la entidad.
La Creu de Sant Jordi, la Medalla de Honor de la Cambra de Comerç de Barcelona y la Llave de Barcelona fueron algunos de los reconocimientos que recibió este doctor ingeniero industrial y graduado por el Iese que empezó su carrera en la empresa de perfumería Parera y que acabó sus días como un prestigioso directivo, metido en mil fregados, muchos de ellos, con evidente vocación de servicio. Entre ellos, el Cercle d’Economia, que presidió; la Fundació Macba, de la que fue patrono, y la Cambra de Comerç, a la que ayudó desde su comité ejecutivo.
La semana pasada, Gabarró aún acudió una última vez a la sede de Gas Natural Fenosa en la Barceloneta para una reunión ordinaria de la Fundación, de la que era el presidente. “Lo estaba pasando muy mal, pero ni se quejaba ni dejaba de cumplir con lo que él consideraba que era su obligación”, comentaban ayer en su entorno profesional, donde se destacaban sus valores y su amor por la familia, por su mujer, María Fernanda, y por su nieta Paula, de la que siempre hablaba con tremendo orgullo. Descanse en paz.
UN GESTOR RECONOCIDO Gabarró, ingeniero de formación, brilló como gestor en Roca, a la que hizo líder mundial EL SALTO DE GAS NATURAL Fracasó en la compra de Endesa y se lanzó a por Unión Fenosa y consolidó su empresa VOCACIÓN DE SERVICIO Se implicó en ayudar a la sociedad desde el Cercle d’Economia, la Cambra o el Macba