La chica que un día nos explicará el universo Sabrina cursa su doctorado en Harvard después de haber obtenido las mejores notas en el MIT
A ESTA JOVEN FÍSICA DE 23 AÑOS, A LA QUE LLAMAN “LA NUEVA EINSTEIN”, SE LA DISPUTAN LA NASA Y BLUE ORIGIN POR SUS CONOCIMIENTOS AERONÁUTICOS: QUIERE LLEVARNOS A MARTE
Esta chica nos explicará un día de dónde viene y adónde va todo esto del universo. Se llama Sabrina Gonzalez Pastersk, es estadounidense y tiene 23 años. Además de lozanía y presencia, goza de un cerebro superlativamente dotado para la comprensión de las leyes de la física. Le llaman “la nueva Einstein” por su precocidad intelectual y brillantes notas como estudiante en el célebre Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), las mejores de la historia de dicha institución.
Pese a su juventud, se disputan los talentos de Sabrina varias empresas e instituciones punteras en el ámbito de la astrofísica y de la aeronáutica espacial, como la NASA o Blue Origin, empresa de desarrollo aeroespacial de Jeff Bezos (el fundador de Amazon), empeñado en llevarnos a todos al planeta Marte. En eso coinciden el visionario empresario y la joven Sabrina, que sueña con diseñar la nave espacial que un día pueda transportar a terrícolas al planeta rojo. “Mi sueño es llevar a alguien a Marte. Por muy inviable que parezca, todo puede alcanzarse si se trabaja bien”, ha declarado. Entretanto, cursa estudios de doctorado en la Universidad de Harvard. ¡Cómo sube la juventud!
El talento de la joven Sabrina Gonzalez viene de lejos: a sus catorce años, en el garaje de la casa familiar, en Chicago, construyó una avioneta a su padre. Una avioneta con todo lo que debe tener una avioneta, incluido un sistema cibernético para guiar el vuelo. Los padres de Sabrina Gonzalez (madre cubana y padre estadounidense) dejaron que el garaje fuese el campo de juegos de la niña: allí montaba y desmontaba motocicletas y, desde sus tiernos 9 añitos, maquetas de aviones a los que sólo les faltaba volar. Y cuándo consiguió que volasen, los pilotó: con permiso paterno y un cursillo que despachó como quien aprende a ir en bici, Sabrina surcó los cielos con un avión del que conocía al dedillo.
Sabrina Gonzalez no es una chica corriente: de entrada, no tiene empacho en declarar que no ha tenido novio formal ni lo quiere, para dedicar todo su tiempo en sus investigaciones acerca de los agujeros negros, la relación espacio-tiempo y la naturaleza de la gravedad, enigmas que desafían a la ciencia de vanguardia en este siglo. Su maestro y mentor en su doctorado en Harvard es el prestigioso profesor Andrew Strominger, uno de los mejores teóricos acerca de la teoría de cuerdas, sumido con Sabrina en “investigaciones muy teóricas que implican matemáticas nada elementales”, me informa mi amigo José Ignacio Latorre, físico cuántico. A Sabrina tampoco le interesa el alcohol ni el tabaco, pero no vive al margen de la vida social: la revista Marie Claire ha publicado glamurosos fotos suyas muy bien posadas, maquilladas y vestidas. Y con grácil desenvoltura recoge premios a talentos femeninos en galas que culminan con música y baile. Y Sabrina se mueve bien.
Uno de los estímulos ante la vida deriva de un profesor de matemáticas de su escuela: cuándo Sabrina tenía 14 años, presentó a un concurso de maquetas aquel avión que construyó cinco años antes, y el profesor le espetó: “Muy bien, pero ¿qué has hecho últimamente?”. Estas palabras le espolearon hasta el punto de convertirse en su lema: “Siempre me pregunto qué he hecho últimamente. Por eso siempre tengo un objetivo que alcanzar, ¡nunca me quedo sin metas!”.
Será por eso que está considerada una de las treinta personas más prometedoras del mundo entre los menores de 30 años. Por eso y por su entusiasmo por la física, “que es tan emocionante que no hay horarios: si no puedes más, descansas; si puedes, te vuelcas en la física”. No tiene tiempo para las redes sociales: ni tiene página de Facebook ni cuenta de Twitter ni fotos en Instagram, y en LinkedIn no figura su currículum. Prefiere contar sus actividades científicas en su portal de internet: PhysicsGirl.
Después de Albert Einstein y Stephen Hawking, a las leyes de la física les falta el acabado: la ley de la gravitación cuántica, que unificará la relatividad y la mecánica cuántica. El sentido de todo esto. Y la mente de Sabrina está presta para desentrañar este último gran misterio del universo.