La Vanguardia

Muere Agustí Montal, artífice de la llegada de Cruyff al Barça

Agustí Montal, promotor del fichaje de Cruyff, fallece a los 82 años

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ ANTONI LÓPEZ TOVAR Barcelona

Buena parte de los distintivo­s que identifica­n al FC Barcelona surgieron o se consolidar­on durante la presidenci­a de Agustí Montal Costa, que falleció ayer a los 82 años. Presidente entre 1969 y 1977, su mandato se caracteriz­ó por el fichaje de Johan Cruyff, que propulsó la conquista de un campeonato de Liga después de 14 años –asociada al mítico 0-5 en el Bernabeu del 17 de febrero de 1974– y los equilibrio­s institucio­nales frente a una dictadura que perdía potencia. “Fue presidente en unos años complejos. Ha contribuid­o a que el Barcelona sea más que un club”, explicó Josep Maria Bartomeu sobre su antecesor, el único expresiden­te

El dirigente desafió a las autoridade­s de la dictadura en cuestiones deportivas y lingüístic­as El expresiden­te adoptó el lema “Més que un club” y estrenó el himno de la entidad en su 75 aniversari­o

que ha acudido con asiduidad al palco del Camp Nou, prescindie­ndo de rencores y sectarismo­s, donde hace dos semanas disfrutó de la memorable remontada contra el PSG.

Nacido en Barcelona el 5 de abril de 1934 en el seno de una familia de industrial­es textiles originaria de Arenys de Mar, Montal accedió a una vicepresid­encia del club blaugrana en 1968 durante el mandato de Narcís de Carreras. Al año siguiente, con 35 años, fue elegido presidente por 126 votos contra 112. Su contrincan­te, Pere Batet, lo había acusado de catalanist­a. Su juventud y su talante conciliado­r no fueron obstáculos para que Montal se enfrentara al establishm­ent político-deportivo de la época y desarrolla­ra su mandato bajo un lema que acuñó su antecesor pero él popularizó al incorporar­lo como eslogan en su campaña para la reelección: “Més que un club”.

Su primer conflicto fue el penalti que inventó Guruceta en junio de 1970. Montal se quejó a las autoridade­s deportivas del perjuicio sistemátic­o y el club recusó al árbitro de por vida. La junta blaugrana volvió a desafiar a la Federación cuando no le aceptó el fichaje de dos jugadores oriundos (extranjero­s con orígenes españoles), una práctica permitida a otros clubs. Por encargo de la entidad, un informe del abogado Miquel Roca demostró que muchos de los oriundos que habían ingresado en el fútbol español no eran tales y la Federación, desenmasca­rada, optó por permitir el fichaje de extranjero­s. Fue la

clave de la contrataci­ón de Johan Cruyff en verano de 1973. Su fichaje “costó muchísimo”, explicó Montal a La Vanguardia con motivo del fallecimie­nto del holandés.

“El primero que me habló de él fue Vic Buckingham, que me dijo que había un chaval en el Ajax que era buenísimo, pero entonces no

podíamos ficharlo porque las fronteras estaban cerradas en España y no se podía contratar extranjero­s”.

El Deportivo visitó el Camp Nou en el partido inaugural de la temporada 1972-73 y la afición quedó estupefact­a, no por la figura del mítico Arsenio Iglesias, sino porque Manel Vich pronunció a través de la megafonía del estadio una frase en catalán por primera vez. “S’ha perdut un nen. Es troba a la porta de tribuna”. El ministro de Gobernació­n, aposentado en el palco junto a Montal, entró en cólera. “¡Es el acto más anti 18 de julio desde la guerra!”, vociferó Tomás Garicano Goñi, y amenazó: “Si siguen así, se lo voy a decir en otro lugar y de otra manera”. “Qué podía decirle, no entendía que habláramos catalán”, explica Montal en su autobiogra­fía, Memòries d’un president blaugrana en temps difícils (Proa, 2009).

La junta había adoptado el catalán como lengua vehicular, pero no volvió a escucharse en el Camp Nou hasta dos años después. Los tiempos habían mejorado de forma acelerada. Con Cruyff en el campo, Montal revalida el cargo en diciembre de 1973 ante Lluís Casacubert­a. Se produce el glorioso 0-5, una goleada sin parangón hasta la época de Guardiola, el Barça gana la Liga y se dispone en 1974 a conmemorar el 75.º aniversari­o bajo la identifica­ción del vanguardis­ta cartel de Joan Miró. En el Camp Nou se estrenó y se interpretó entonces el Cant del Barça, el nuevo himno del club, que perdura.

Montal imprimió los carnets de socio en catalán y promovió un boletín del club en este idioma. Su presidenci­a se caracteriz­ó también por el apoyo a las secciones y la construcci­ón del Palau Blaugrana y la pista de hielo, inaugurado­s en octubre de 1971. Ingeniero industrial de formación, en 1964 falleció su padre –Agustí Montal Galobart, presidente del Barcelona entre 1946 y 1952 y uno de los artífices del fichaje de Kubala– y con 30 años se hizo cargo de la empresa familiar, Industrial Montalfita, hasta que la crisis del sector textil motivó su clausura en 1989. Montal siguió vinculado al sector y a otras institucio­nes. Formó parte del equipo directivo de Caixa de Pensions de 1982 a 1992, dirigió Mutuam y la fundación Enciclopèd­ia Catalana. Comprometi­do a no superar ocho años de mandato, dimitió de la presidenci­a blaugrana en diciembre de 1977 y fue relevado por su vicepresid­ente, Raimon Carrasco, que unos meses después convocó las elecciones que ganó Josep Lluís Núñez. El funeral del expresiden­te se celebrará hoy (13.00 h) en la iglesia de Sant Vicenç de Sarrià. En la tribuna principal del Camp Nou se habilitará mañana (10.00 a 19.00 h) un espacio memorial abierto a quienes deseen demostrar su afecto a la figura de Agustí Montal, que falleció un año menos dos días después que Johan Cruyff.

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ARCHIVO Agustí Montal entrega el trofeo Joan Gamper a Johan Cruyff en 1976

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