Un boicot a Israel enturbia el partido de España
El partido de la selección española en Gijón ante Israel ha acabado envuelto en líos extradeportivos, como todo lo que toca últimamente la Federación que preside Ángel Villar. Israel llegó a Asturias y fue recibida con un despliegue de seguridad sin precedentes. Gijón es la única ciudad con equipo en Primera cuyo Ayuntamiento ha firmado un manifiesto institucional de apoyo a un boicot a Israel por la ocupación de territorios palestinos.
El manifiesto, orquestado por el Comité Nacional Palestino a través de la organización BDS (Campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra la colonización, el apartheid y la ocupación israelí), se ha traducido en varios grafitis en paredes de Gijón y una manifestación prevista para el viernes a las siete, a poco menos de dos horas del comienzo del partido. A la misma han anunciado su presencia PSOE, Izquierda Unida y Xixón sí se puede. La alcaldesa, Maria del Carmen Moriyón, de Foro Asturias, se abstuvo en la votación que aprobó el apoyo al boicot a Israel, en enero del 2016.
Según un portavoz de la Federación, la elección de El Molinón como sede del partido fue una petición de Julen Lopetegui, que quería jugar en un estadio del
En Gijón hay pintadas contra Israel y una manifestación prevista el mismo día del partido
norte de España. La Federación le propuso tres campos y el seleccionador eligió Gijón por ser el que presentaba mejor césped.
El partido se jugará bajo el nivel cuatro de alerta terrorista. El dispositivo de seguridad será el más elevado de los últimos tiempos para un evento de la selección. Además, y como es habitual , Israel contará también con su propia seguridad.
Por si todo este lío no fuera suficiente, el partido se ha visto empañado también por la decisión de Julen Lopetegui de cambiar el mismo lunes la planificación de la selección. En un principio, la roja iba a seguir en Gijón hasta el domingo, desde donde por la tarde iba a volar a París en un chárter. Lopetegui, a petición de los jugadores, decidió el lunes que el equipo volvía a Madrid el mismo viernes por la noche. El cambio de planes ha indignado a la Federación Asturiana. Su presidente, Maximino Martínez, aseguró ayer que “me ha sentado mal lo que ha hecho la Federación Española. No entiendo la cuestión y tengo que decir lo que siento. Si tenemos un programa hecho, se ha de cumplir”.