A. Kramp-Karrenbauer
PRESIDENTA DE SARRE
La presidenta del pequeño land de Sarre, la democristiana Annegret Kramp-Karrenbauer (54), ha sido reelegida con más del 40% de los votos, una victoria que refuerza a la canciller Angela Merkel ante las elecciones generales de septiembre.
La canciller de Alemania y líder democristiana, Angela Merkel, celebró ayer el triunfo de su partido, la CDU, en las elecciones del domingo en el land de Sarre, una neta victoria sobre los socialdemócratas, que confiaban en un resultado más ajustado. Sobre todo tras los sondeos favorables que el SPD acumula desde que a finales de enero designó a Martin Schulz, expresidente del Parlamento Europeo, como candidato a canciller. Faltan seis meses para las elecciones generales del 24 de septiembre, en las que Merkel opta a un cuarto mandato.
“Fue un hermoso día, pero somos lo suficientemente realistas como para saber que con eso no tenemos el año ganado”, dijo Merkel ayer en la sede de la CDU en Berlín, acompañada de su correligionaria Annegret Kramp-Karrenbauer, presidenta de Sarre y ganadora de los comicios. La CDU cosechó el 40,7% de votos frente al 29,6% del SPD, pese a que los socialdemócratas se sentían galvanizados por el llamado efecto Schulz, esto es, el repunte del partido en los sondeos desde que se supo su candidatura. “Lo importante son los votos, no los efectos o sondeos”, soltó la canciller sin citar a Schulz, a quien a decir verdad ha ignorado bastante en estas semanas en que el SPD se sentía en éxtasis.
Merkel argumentó que los votantes de Sarre “apostaron por la solidez y la continuidad de la gran coalición” –en la legislatura que ahora acaba, el land ha estado gobernado por la CDU en coalición con el SPD–, y rechazaron la teórica alianza del SPD con Die Linke (izquierdistas poscomunistas), que tildó de “experimento”. A su lado, Annegret Kramp-Karrenbauer añadió que “flirtear con el rojo-rojo no es lo que se necesita en esta región”, en referencia a los colores con que se denomina en jerga política a una coalición de socialdemócratas e izquierdistas: rot-rot (rojo-rojo).
También todos aquí entienden que, si bien Merkel ha recibido un respiro con esa victoria del domingo, el resultado no puede desvincularse de la gran popularidad de que goza Kramp-Karrenbauer, de 54 años, apodada la Merkel de Sarre , en ese pequeño estado federado del sudoeste (2.570 kilómetros cuadrados y 995.057 habitantes, de los que unos 800.000 estaban llamados a las urnas). El land, de pasado minero, se está reinventando con relativo éxito en el sector de la tecnologías de la información, y va reduciendo su deuda gracias a la buena gestión de Kramp-Karrenbauer.
“La campaña electoral será difícil, pero tenemos todas las oportunidades”, dijo Merkel de la cita de septiembre. La canciller, que no se prodigó en la campaña de Sarre, dijo que concentrará sus esfuerzos electorales en agosto y septiembre. Con todo, habrá antes dos comicios regionales que serán vistos en clave general: ambos en mayo, el día 7 en Schleswig-Holstein, y el día 14 en Renania del Norte-Westfalia.
La canciller no quiso ayer desvelar sus opciones sobre un socio de coalición en caso de vencer en las generales. “Me niego a tratar de establecer en marzo qué va a ser posible en septiembre”, afirmó, pero reiteró lo ya sabido: que sólo descarta totalmente a Die Linke y a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). También se le preguntó sobre sus preferencias en materia de sucesión en la CDU, pues Annegret Kramp-Karrenbauer ha sido señalada en prensa como posible sucesora de Merkel, a quien apoyó abiertamente durante la crisis de los refugiados mientras otros dirigentes democristianos se mostraban remisos. “Eso lo decide el partido”, ironizó Merkel, de 62 años, tras felicitar efusivamente a Kramp-Karrenbauer, quien está llamada a volver a gobernar Sarre revalidando la Grosse Koalition con el SPD.
Kramp-Karrenbauer, la presidenta de Sarre, ha sido señalada como posible sucesora de Merkel