La Vanguardia

La potasa del Bages

Los sindicatos piden a la Generalita­t y a la empresa una salida

- EDUARDO MAGALLÓN Barcelona

Iberpotash (propiedad de la israelí ICL) negocia contra reloj con la Generalita­t para hallar una forma de reinterpre­tar la sentencia judicial que impide acumular más sal en la mina de Sallent más allá del 30 de junio, a fin de poder mantener la actividad.

Faltan menos de cien días para que las minas de Sallent (de Iberpotash) lleven a cabo una de sus mayores reestructu­raciones en sus 85 años de historia. En Sallent se extrae potasa del subsuelo pero también sal, que no se utiliza y se amontona como un residuo. Una sentencia judicial impide seguir acumulando esta sal en las instalacio­nes de Sallent después del 30 de junio porque contamina las aguas. Por eso Iberpotash (propiedad de la israelí ICL) busca contra reloj con la Generalita­t una forma de “reinterpre­tar” la sentencia judicial que permita mantener la actividad. La mina de Sallent y la de Súria dan empleo directo a unas 1.200 personas. Otras 4.000 personas trabajan en empresas que dan servicio a las dos explotacio­nes. La potasa es un fertilizan­te natural.

Todo este proceso se produce en medio de un profundo cambio de gestión en la Una comisión de tres conselleri­es se reúne periódicam­ente con la empresa empresa y con las dudas sobre la actitud de la compañía tanto desde los sindicatos como de la propia Administra­ción. Hoy está previsto que el sindicato CGT, junto con la diputada de la CUP, Anna Gabriel, lleven a cabo un acto informativ­o en la plaza Sant Jaume. El secretario general de CGT Catalunya, Ermengol Gassiot, explicó ayer que “sólo faltan tres meses y queremos que la Generalita­t diga algo”.

Fuentes consultada­s explican que desde mediados del mes pasado se ha creado una comisión formada por representa­ntes de varias conselleri­es (Empresa, Territori, Presidènci­a) más la delegación del Govern de la Generalita­t que se reúne periódicam­ente con la multinacio­nal para encontrar una salida al problema. Las minas producen alrededor de 1 millón de toneladas de potasa para la industria química junto con una dos toneladas de sal que en su mayoría se acumula en las mismas instalacio­nes. La compañía sostiene que sólo con ese volumen de producción la actividad es rentable. El plan diseñado por los antiguos gestores de Iberpotash que han sido cesados en los últimos meses era trasladar la plantilla y la actividad minera de Sallent a Súria, donde nuevas instalacio­nes permiten tratar la sal y comerciali­zarla. Para ello se está construyen­do una rampa de 5 kilómetros de longitud para acceder a la mina, que se sitúa a 900 metros de profundida­d, a través de una rampa por la que podrán circular camiones en lugar de por el actual túnel vertical.

Pero las obras llevan un retraso de 18 meses y hasta que no estén finalizada­s, Súria no puede acoger la totalidad de la plantilla ni de la actividad que se realizaba en Sallent. Es por eso que las partes buscan una alternativ­a para mantener la actividad durante los citados 18 meses. Todas las alternativ­as que pasan por llevar la sal que no puede acumularse en Sallent a otro sitio sólo solucionar­ía el problema parcialmen­te.

En paralelo a las negociacio­nes entre la Generalita­t y la empresa, la compañía mantiene reuniones periódicas con los sindicatos. La siguiente está prevista para mañana miércoles. Los sindicatos presentes en la empresa son CGT, UGT, CC.OO. y USOC. David Ruiz, representa­ntes de CC.OO. en Iberpotash en Sallent, explica que “la empresa nos pide que necesita tiempo porque han cambiado la dirección”. Javier Yélamo, responsabl­e de UGT en Iberpotash en Sallent, añade que ya hay miedo en la plantilla por el futuro especialme­nte el colectivo de 40 o 50 personas con contrato de obra.

Fuentes de la empresa aseguran que hay un acuerdo firmado con la plantilla en el año 2011, por el que Iberpotash se compromete a llevar a cabo la reestructu­ración de la actividad sin perjudicar a la plantilla. Todo el proyecto inversor de Iberpotash para reordenar su actividad en Catalunya tenía uno presupuest­os de unos 500 millones, de los que ya se han invertido 390 millones. Faltan otros 110 millones junto con una partida de 145 adicionale­s para mejorar las plantas salineras. Precisamen­te, los compañías salineras rivales de Iberpotash están influyendo en la gestión del proceso que sigue la compañía presentand­o alegacione­s a todos los permisos que solicita la empresa.

La crisis sigue abierta.

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MANÉ ESPINOSA Explotació­n minera en Sallent; al fondo, una montaña formada por residuos salinos de la mina

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