El gran meme
La sultana del sur conseguía la púrpura y el báculo, y sus padrinos eran los abuelos cebolleta
Si en los tiempos prehistóricos era el chiste el que retrataba la realidad más ruidosa, con la aparición de las redes sociales, el rey es el meme. Los memes son tan rápidos como ingeniosos son sus creadores y no hay partido, líder o noticia que se escape a su lacerante cuchillo.
Nada más producirse la estridencia de turno, aparece la caricatura tuitera multiplicándose a velocidad viral, y es tal su rapidez que a menudo nos llega el meme antes de conocer la noticia.
Como no podía ser de otra forma, la coronación de Susana Díaz (y el sustantivo es adecuado, porque aquello pareció la entronización de la reina Victoria), ha generado multitud de memes, la mayoría focalizados en esa foto en primera fila, donde se amontonaba la grandeza museística.
Y así, sonrientes, con doña Susana vestida en rojo pasión, aparecían codo con codo don Guerra, el imputado Griñán, don Maquiavelo Rubalcaba, Felipe el amigo de sus amigos con yate, y don Chávez, compañero de juicio en la simpática cosa de los ERE. En los micrófonos alguien se desgañitaba a favor de la pomposa lideresa, tiempos nuevos, PSOE redivivo, una nueva era…, pero la foto era tan vieja que merecía el blanco y negro. Doña Susana, sultana del sur e infanta de España, conseguía la púrpura y el báculo, y sus padrinos eran los abuelos cebolleta del partido. No ha sido extraño, en consecuencia, que la creativa memística se haya centrado en ese detalle de juventud, y mientras unos han puesto boina a tanta testa socialista, otros han jugado con el jurásico y sus dinosaurios, pero ninguno ha tenido piedad con la poca piedad de la foto. La nueva era es vieja, está raída, y sus aguas están contaminadas, y con ese pleistoceno en manada doña Susana quiere seducir a los desencantados.
Tiempo habrá de poner el foco en cada candidato, aunque de los tres, uno parece el típico adosado. Que…, de don Patxi a don Pedro, pasando por Susana, tres no son tres, porque el primero correrá, veloz, a unirse a la doña, a la que suene el silbato. Es la erótica del aparato. Pero en la previa del espectáculo –que no se sabe si será memorable o bufo– lo que tenemos es una puesta en escena patética, histriónica en el exceso, oxidada en el decorado y caduca en el mensaje, y con esos ingredientes agrios la doña quiere hacer una mayonesa. Dicen por ahí que don Pedro tiene arrestos y opciones, aunque cuando el mamut del PSOE se pone en marcha, no sobreviven los héroes, como bien sabe él mismo. Pero acabe como acabe la cosa, la cosa empieza fatal porque ambas opciones son un desastre para las huestes socialistas.
O gana la sultana con aparato y corona rancia, y el viejo partido es más viejo que nunca, o gana el descabezado sin atributos, y el viejo partido está más partido que nunca. Sólo faltaba Balmón gritando cual poseso mientras entregaba el alma del PSC al dios del averno, que venderse el alma es un deporte de éxito.