Un padre mata a su hijo durante una pelea familiar
El matrimonio vivía desde hace pocos meses en el piso de alquiler del joven, adonde se habían trasladado tras perder su trabajo en Tenerife
Otra tragedia ha sacudido de nuevo al popular barrio de Cerdanyola en Mataró (Maresme). Los vecinos, ayer por la mañana, no podía salir de su asombro al conocer que la noche del pasado domingo el joven inquilino de un piso en el número 11 de la calle de los Capellanets había fallecido asfixiado a manos de su propio padre.
Los hechos, según la versión de algunos vecinos, se iniciaron a partir de las once de la noche cuando el hijo, un joven de 28 años, nacido en Tenerife, llegó al piso que tenía alquilado gritando, mostrándose muy alterado e intentando agredir a su padre. Al parecer estaba molesto por razones económicas. La discusión fue subiendo de tono y el joven empezó a tirar cosas por el suelo, destrozar los muebles e intentar agredir a sus familiares. El padre, un hombre de nacionalidad británica, de 58 años, intentó infructuosamente calmar al hijo exaltado, pero ante el violento forcejeo optó por reducirlo haciéndole una llave inmovilizadora por la espalda, apretándole el cuello. Entre tanto, la madre, una mujer holandesa de unos 50 años, daba el primer aviso a la policía local, en demanda de socorro para el chico que en aquel momento había entrado en crisis.
Al parecer, no era la primera vez que el joven, que también tenía problemas psicológicos, reaccionaba violentamente ante su familia.
Según las primeras estimaciones, los esfuerzos del joven por soltarse provocaron que el padre le apretase el cuello hasta asfixiarlo involuntariamente y dejarlo sin sentido. Cuando llegó la ambulancia, los sanitarios encontraron el cuerpo inerte en el suelo y las maniobras de reanimación fueron infructuosas. La violenta escena, aparte de la madre, también fue presenciada por una joven que vivía de alquiler en una de las habitaciones de la casa y que deberá comparecer como testigo del supuesto homicidio.
Fuentes policiales han detallado que el joven no era especialmente conflictivo, aunque reconocen que formaba parte de los círculos habituales de consumidores de droga, casi siempre marihuana. Otros testigos aseguran que no se le conocían comportamientos violentos en el barrio. Más bien al contrario, que intentaba no llamar la atención.
Los problemas llegaron a la familia cuando hace unos meses cambió la situación laboral del matrimonio. Ambos, al perder el trabajo que tenían en Tenerife, donde residían, no podían subsistir y decidieron trasladarse a vivir a casa de su hijo en Mataró. Allí pronto empezaron los problemas y las discusiones, casi siempre propiciadas por problemas económicos, ya que el hijo argumentaba que apenas podía pagar el alquiler y que su padre no trabajaba.
El hombre fue detenido por los Mossos d’Esquadra acusado de homicidio imprudente y trasladado a la comisaría de Mataró hasta que pase a disposición judicial.