La reina de los contratos
‘La clàusula Balcells’ retrata a la agente literaria que fue figura clave para el boom de la novela latinoamericana
Todo el mundo sabe que Carmen Balcells es una figura absolutamente central para entender la evolución de la literatura hispana, pero haciendo este documental lo que más me ha cautivado es descubrir su habilidad para las relaciones personales, capaz de ser una de las personas más importantes en la vida de muchísima gente”. Así describe Pau Subirós sus sensaciones después de haber dirigido La clàusula
Balcells, el documental sobre la agente literaria que esta noche se estrena en el programa Sense ficció (TV3, 23 h).
Carmen Balcells (Santa Fe de la Segarra 1930 - Barcelona 2015) levantó sola su agencia literaria, que fue fundamental para crear el fenómeno del boom de la literatura latinoamericana en las décadas de los sesenta y setenta, representando a autores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Isabel Allende, Pablo Neruda o José Donoso. En España representó a Camilo José Cela, Miguel Delibes, Terenci Moix y Juan Goytisolo, entre otros. Con dirección de Pau Subirós, realización de Neus Ballús y guion de Xavi Ayén, periodista de La Vanguardia ,el documental es una producción de Batabat, en coproducción con la mexicana La Maroma, y los canales TV3, TVE, Canal 22, Señal Colombia y Spr de México. La clàusula Balcells ya se ha estrenado en Colombia y próximamente lo hará en México, según explica el productor Oriol Cortacans, artífice de la idea y su impulsor.
El título del documental es una analogía con una de sus grandes virtudes: hacer contratos. “El gran reto era sintetizar, saber qué se escogía del ingente material de que disponíamos, y cómo estructurarlo”, explica el autor del guion, Xavi Ayén. “Era una gran responsabilidad porque se trata de un personaje, a pesar de su importancia, desconocido para la mayoría de la audiencia y mucha gente se quedará con la imagen de ella que damos. Después de darle vueltas, como ella misma se autodefinía como “la reina de los contratos”, Pau pensó que la mejor estructura sería la de un contrato, con cláusulas temáticas que delimitaran los temas de que hablábamos. Una vez visto, parece mentira cómo fluye”, dice. Para la realización de La clàusula
Balcells ha sido muy importante, según explica Cortacans, “la colaboración entusiasta desde el primer momento” de su hijo, Lluís Miquel Palomares, que abrió el archivo fotográfico de la familia. “Es un material muy rico que nos ha permitido acercarnos a las facetas más desconocidas de Balcells”, explica Subirós. Además de su hijo, en el documental participan muchos de los autores a quienes representó, así como representantes del mundo editorial. “Amigos y víctimas de sus habilidades de negociación”, sonríe Subirós.
Este documental muestra “la fuerza de un personaje irrepetible”, explica Ayén, para quien Balcells “fue “la mano que mece la cuna” del boom latinoamericano, de seis premios Nobel de Literatura, de los principales autores de la narrativa española y catalana durante décadas... y que proviene de una pequeña aldea de Lleida (ni siquiera es pueblo), de un ambiente rural alejado de los libros, que no tiene estudios superiores y que ha desarrollado un papel histórico, cambiando las reglas de la relación entre editores y autores en todo el mundo”. En el reportaje se muestran audios inéditos y privados “donde se la oye urdiendo negociaciones, llorando en momentos duros, vídeos de intimidad y felicidad con los autores, y entrevistas hechas por todo el mundo con sus ‘clientes’, que venían asercomohijos,enrealidad”,continúa Ayén, quien también recuerda unas palabras de Eduardo Mendoza: “Con Balcells, todos nos sentíamos unos niños mimados”.
Balcells tenía una dualidad muy fuerte. “Por una parte luchaba con los editores de un modo feroz por defender los intereses de sus autores hasta el último céntimo, y por otra era capaz de la generosidad extrema, en algunos casos prácticamente entregada”, afirma Subirós. “Ayén explica muy bien que era una persona que quería que la gente que ella amaba la tuviera en uno de los mejores recuerdos de su vida. Y por ello pensaba qué podía hacer para que aquella persona tuviera la mejor experiencia de su vida. Y, como se puede ver en el documental, en muchos casos lo conseguía”, adelanta el director.
Ayén define a la agente literaria como una hipnotizadora “que sabía ser amiga de los escritores que no tenían ni para pagarse el autobús para ir a verla, y también de los grandes magnates de la empresa y de los jefes de Estado. Tenía, por ejemplo, el teléfono directo de Fidel Castro, pero, a la vez, era capaz de trasladarse a una agencia inmobiliaria de l’Hospitalet para protestar si consideraba que habían discriminado por cuestiones racistas a una cocinera suya al alquilarle un piso”.